El mundo de los hospitales y, sobre todo, de las secciones de Urgencias, nos ha dado grandes series a lo largo de los años en televisión. Obviamente los que crecimos en los 90 recordamos la mítica ‘Urgencias‘ con George Clooney. Pero incluso ‘Médico de familia‘ con Emilio Aragón o ya empezados los 2000, ‘Hospital Central‘ con el doctor Vilches. ¡Cómo olvidarlo! Y, si hay una serie que ha llevado este tipo de ficciones al siguiente nivel, esa es sin duda la longeva ‘Anatomía de Grey’, con 20 temporadas a sus espaldas. Ahora, en Netflix España, quieren volver a un terreno que siempre conecta muy bien con el público, y así nace ‘Respira’, la nueva serie de Carlos Montero (creador de ‘Élite‘) y que llega este 30 de agosto a Netflix.
La premisa la hemos visto ya en muchas ocasiones: seguir las visas de un grupo de profesionales sanitarios, en este caso en el hospital público Joaquín Sorolla, en Valencia. Entre ellos nos encontramos a todo tipo de personajes. El joven que acaba de empezar (Manu Ríos), cirujanos experimentados (Aitana Sánchez-Gijón) o incluso políticos metiéndose entre medias (Najwa Nimri). De hecho, este puede que sea el añadido más interesante de ‘Respira’, que busca denunciar la a veces paupérrima situación de la sanidad pública en nuestro país. Ya desde los primeros compases, vemos cómo el hospital se prepara para una huelga indefinida y, obviamente, esa decisión hará que choquen los diferentes puntos de vista. Como la vida misma.
Y ese tipo de historia es verdad que la hemos visto poco en este tipo de funciones. Siempre a favor de reivindicar la sanidad pública, y que los políticos se abstengan de privatizaciones innecesarias o de recortes leoninos. El problema es que al final acaban pasando de puntillas por el tema e incluso podría calificarse a ‘Respira’ de ser un poco hipócrita, porque aunque defiende mucho la sanidad, no se ha molestado en dar realismo al colectivo que representa. Porque la serie de Netflix se toma licencias, por supuesto. Pero se toma demasiadas. Y tampoco habría molestado mucho que hubiera un poco más de documentación sobre cómo se trabaja en un hospital.
Pese a ser una serie coral, parece que los dramas siempre revolotean alrededor de los mismos cuatro personajes, aparte de que el hospital Joaquín Sorolla parece estar en pleno Triángulo de las Bermudas. Es decir, todo ocurre allí. Desde tormentas, un apagón general, hasta incendios e intoxicaciones alimentarias que afectan masivamente. No deja de ser irónico que una serie que se llama ‘Respira’ no deje ni un momento para ello. Nos atiborra de tantas tramas continuamente, que no deja reposar ni una sola lo que provoca que no conectemos con los personajes.
Y sí, todos los intérpretes cumplen con su cometido, pero el guion a veces no acompaña, y se vuelven acartonados. Salvo Najwa que como siempre, demuestra ser una fuerza de la naturaleza. O la participación de una Abril Zamora que siempre eleva el nivel de cada proyecto en el que aparece Que no pare nunca de darnos personajes icónicos, por favor.
‘Respira’ se fija mucho en la reciente ‘New Amsterdam’, pero falla en el realismo que sí podemos encontrar en otras ficciones similares. Si todo es un drama de vida o muerte, nada lo es. Y ese síndrome ataca las fibras de la ficción de Netflix. No todo tiene que ser a contrarreloj, porque entonces precisamente no dejas respirar ninguna trama. A no ser que se centrara exclusivamente en un evento de grandes magnitudes, como ocurre en la serie de AppleTV+ ‘Después del huracán’.
La huelga es simplemente la excusa para añadir el componente político en la historia, pero acaba banalizando el tema, lo que juega en su contra. Si buscas, eso sí, una serie que no te deje tranquilo ni un segundo, ‘Respira’ es tu serie. Pero da una impresión continua de que, si se hubiera trabajado mejor el guión, podría haber salido un proyecto mucho más interesante. Aunque el trabajo de Netflix visualmente, salvo por alguna iluminación de programa de tarde, es impecable. El hospital es un enorme plató construido para la ocasión. Y, en ningún momento tenemos la sensación de no estar en un hospital real. Salvo, eso sí, el caos que reina continuamente en el Joaquín Sorolla. Hay varias escenas en las que los pasillos están repletos de camillas con pacientes, mientras los médicos van de un lado a otro sin sentido.
Y claro, este tipo de secuencias dan una idea equivocada de cómo funcionan los hospitales de nuestro país, y cómo se encuentra el sistema. ‘Respira’ engaña y juega un poco con nuestros sentimientos en ese prólogo inicial. Porque pensamos que realmente va a tocar con profundidad el tema de las Mareas Blancas y las necesarias reivindicaciones del sector. Pero todo se queda en un quiero y no puedo, prefiriendo centrar sus esfuerzos reales en unas tramas más culebronescas. Que no está mal, que vaya por delante. Amamos ese tipo de historias, pero es verdad que juega un poco al despiste.
Pese a todo, ‘Respira’ es una serie que funciona muy bien gracias, precisamente, a su endiablado ritmo y sus continuas tramas entrelazadas. Pero hay momentos que parece que estemos en un hospital de guerra de todas las cosas que ocurren allí. Además, el final de la temporada acaba con un cliffhanger que podría dar lugar a una segunda temporada. Y es bastante probable que ya sea una realidad, porque seria muy sorprendente que ‘Respira’ no funcione como un tiro en la plataforma.
¿De qué va ‘Respira’?
Biel es uno de los residentes que lleva unos meses dejándose la piel en un hospital público. Cientos de guardias, miles de horas, que apenas le dejan tiempo para su vida, todo con tal de convertirse en el mejor doctor. Lo que no se imagina es que en el hospital va a estallar una huelga total, sin servicios mínimos. Los sanitarios se ven obligados a ello para tratar de concienciar a la población sobre su trabajo esencial y para protestar por todos los recortes intolerables que está sufriendo la sanidad pública.
Pero Biel y los demás residentes no saben si secundar esa huelga que puede tener consecuencias fatales para los pacientes. Y desde ese conflicto iremos conociendo a unos y otros en su día a día. ¿Quiénes son esos chicos jóvenes que se desviven en el hospital asumiendo una responsabilidad excesiva, y quiénes son esos adultos dispuestos a perderlo todo con tal de luchar por lo que creen?
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