Carlos Sobera se queda estupefacto con lo que exige una participante de ‘First Dates’: es insuperable

Andrea, una soltera de ‘First Dates’, dejó atónitos tanto a Carlos Sobera como a Matías al explicarles los motivos por los que, según ella, aún estaba soltera

Por mentira que parezca, pese a todos los años que lleva Carlos Sobera al frente de ‘First Dates’, todavía hay solteros capaz de dejarle en shock. Y esto es lo que ha ocurrido este lunes, 19 de diciembre, con Andrea, una joven de 24 años con una «autoestima muy alta».

Ya en su vídeo de presentación, la soltera dejaba claro sus altísimas exigencias: «Jamás me enamoraría de un feo porque soy una persona que me gusta cuidarme, hacer planes en pareja y por cómo me siento a su lado. Tengo mucho amor propio, la autoestima alta y necesito un chico a mi altura».

Al sentarse en la barra, Carlos Sobera le preguntaba a qué se dedicaba. A lo que ella respondió que «soy maquilladora, camarera, peluquera… un poco de todo». Y es que, tal y como ella misma reconoció: «soy muy ambiciosa. Me dedico 100% a trabajar porque en un futuro quiero vivir como una reina».

Andrea deja en shock al presentador: «No puedo estar con uno feo. Los feos para las feas»

El presentador también le preguntó por el motivo por el que no tenía pareja. Y su respuesta le dejó completamente en shock: «Soy muy exclusiva. Quiero que sean guapos, no puedo estar con uno feo, por favor. Los feos para las feas». Sobera mostró su asombro levantando las cejas. «Que se cuiden y que entrenen todo, que estén compensados, que no solo entrenen lo de arriba. El estilo da igual porque le cambio, no pasa nada», añadió la joven.

Ante tales palabras, Matías, el camarero del bar, no daba crédito: «¿Le cambio? Mucha suerte eh». Mientras que el presentador se unió a la ironía de su compañero: «¡Buena suerte Andrea!». Segundos después entró por la puerta Rubén, su cita, y al que a la soltera no le gustó nada: «No me ha molado porque yo soy muy presumida y si él ha venido a conocer al amor de su vida no se ha arreglado». «Me parece físicamente muy normal, del montón. Yo me considero superior y no compaginamos bien», sentenció Andrea.

A Andrea, Rubén le parece «un cuadro» y se niega a una segunda cita

Ya en la mesa, Rubén le explicó que era entrenador de opositores, pero ella no se lo ha creído, pues tiene la sensación de que no tiene cuerpo de entrenador y que ella sin dedicarse a ella tiene mejor cuerpo. La joven le ha contado que ha perdido 26 kilos en 6 meses y que ya no podía estar sin cuidarse. Él le ha felicitado por su logro y ha querido saber cómo lo había conseguido. Pero Andrea no hacía más que cuestionar su profesión.

La joven ha sentido que «Rubén es un cuadro», pues interiormente la estaba encantando, pero físicamente no le había atraído nada. Ella buscaba algo sincero, mutuo, no quiere más mentirosos en su vida. Lo mismo que busca él. Antes de la decisión final, la soltera ha ido al baño para llamar a su amiga y contarle que su cita «era un cuadro». La amiga, igual de superficial que ella, le ha dicho que le dejara que la invitara a cenar y hasta luego.

Finalmente, Rubén ha pagado la cena y le ha explicado que a él le gustaría seguir conociéndola. Pero al saber que ella le rechazaba por no cuidarse y por su forma de vestir, ha alucinado: «Si yo que voy cinco días al gimnasio no me cuido, no sé…».