TVE, Antena 3 y Telecinco acceden a 'la zona cero' del volcán de La Palma: "Como una película de terror..."

Los periodistas han realizado una visita guiada por las fuerzas de seguridad a las zonas de acceso restringido

Los medios de comunicación siguen ofreciendo información sin descanso sobre el volcán de La Palma y ejemplo de ello han sido 'Espejo Público', 'El programa de Ana Rosa' y 'La hora de La 1', que hoy se han desplazado hasta la 'zona cero'. Los equipos de los tres programas, acompañados de otras decenas de periodistas han podido acceder a zonas de acceso restringido gracias a una visita guiada realizada por las fuerzas y cuerpos de seguridad.

Las encargadas de retransmitir en directo lo que ocurre en la zona han sido Leire Pérez ('Espejo Público'), Mayka Navarro ('El programa de Ana Rosa') y Maitane Bermejo ('La hora de La 1'). En un principio las tres iban a estar hasta 20 minutos en la zona, pero han acabado siendo 10. Este cambio ha sido explicado por Navarro: "Se produjo un cambio de viento y los piroclastos cada vez eran de mayor tamaño".

Por su lado, Maitane Bermejo ha enseñado a la audiencia de 'La hora de La 1' como toda la zona se encuentra cubierta de elementos que ha ido expulsando el volcán. "Fíjense en la lluvia de piroclastos que hay en este momento y su tamaño... Aquí al rededor lo que nos encontramos son casas que están totalmente sepultadas por esta ceniza", ha explicado. Eso sí, asegura que "algo que impresiona es esa colada de veinte metros de altura" de la que han estado a escasos metros.

Por su lado, Leire Pérez también ha contado para 'Espejo Público' las dificultades con las que se han encontrado. "Nos costaba mucho caminar, también respirar, porque la intensa lluvia de piroclastos que nos caía encima era insoportable a pesar de que íbamos completamente equipados", explica. "Era como entrar en una película de terror", señalaba la reportera a Susanna Griso.

En la misma línea se ha pronunciado Mayka Navarro, que ha hablado de los materiales que expulsa el volcán de La Palma. "Sentir en tu propia piel esa lluvia de piroclastos que realmente es insoportable. Es inaguantable porque duele. Es como si te estuvieran tirando piedras constantemente en la cabeza y sobre el cuerpo", relata.