«Me prostituí»: Este colaborador de ‘Sálvame’ deja en shock a todos al desvelar su gran secreto

El colaborador Gustavo González reconoce que hubo una etapa de su vida en la que vendió su intimidad por sacar a su familia adelante.

Gustavo González está pasando una de sus peores épocas en ‘Sálvame’. Esta semana, el programa sacaba a la luz una grabación en la que su pareja y madre de su hija, María Lapiedra, hablaba mal de su faceta como padre con los hijos que tiene de su anterior matrimonio.

Sin saber que estaba siendo grabada, Lapiedra aseguraba que «la culpa del sufrimiento» de sus cuatro hijos había sido exclusivamente de él. Además, opinaba que Gustavo se tenía que haber separado mucho antes de su mujer, ya que la engañaba «desde el primer día en que se conocieron». Estas demoledoras declaraciones disgustaron, aunque no enfadaron, al colaborador. Según reconoció, estas palabras de su chica le hacían «mucho daño», ya que no ayudaban a su reconciliación con sus hijos.

Este jueves 20 de mayo, ‘Sálvame’ ha reunido a la pareja para que tuvieran una conversación en directo. Sin embargo, mientras él esperaba dentro de ‘la caravana del amor’ del programa, ha mantenido una conversación con uno de sus hijos que ha dado un vuelco al asunto. Aunque el periodista no ha querido revelar el contenido de su conversación, se mostró muy enfadado al recordar lo mal que lo ha pasado económicamente en otras etapas de su vida.

Gustavo González en ‘Sálvame’: «Hubo una etapa de mi vida en la que prostituí por mis hijos y mi exmujer»

A raíz de esto, Gustavo González habló de una época en la que «hice portadas (de revistas)» para ganar dinero y poder sacar adelante a su familia. Así lo reconoció él mismo: «Hice portadas. No tengo problemas en reconocerlo, y lo conté y lo voy a decir con esa crudeza, porque hay una etapa de mi vida en la que me prostituí con mucho gusto porque lo hice por mis hijos y por mi exmujer», ha explicado el colaborador de Telecinco. Y, aunque muchos de sus compañeros creían que hablaba en sentido literal, Gustavo reconocía sin tapujos que había vendido su vida y su intimidad para sacar adelante a su familia. «En un año pagué más de 100.000 euros», admitió.