Nuria Marín ha revelado ahora el gran susto de salud que se llevó poco después de la cancelación de 'Cazamariposas' en Mediaset.
Después de siete años presentando 'Cazamariposas' en Divinity, Nuria Marín decía adiós al programa el pasado año. Un duro momento profesional que coincidió con un enorme susto de salud que ahora ha hecho público. Esta semana, en el podcast 'Menudo cuadro', la presentadora catalana ha revelado que le notaron un bulto en el pecho tras la emisión del último programa. Aunque, por suerte, quedó en un susto.
"Fue especialmente duro. No he contado esto nunca, pero yo el día que se acaba el 'Caza', después ese momento tan de catarsis me iba a urgencias porque me había notado un bulto en el pecho y entonces estaba asustada porque me tenía que ir a Madrid, pero no sabía lo que me iban a encontrar", ha recordado la presentadora.
"Me tuvieron que hacer una biopsia"
Una fiesta de despedida del programa que ella recuerda como un mal momento y no solo por despedirse de todo el equipo, sino por lo que tenía encima. "Cuando todo el mundo se quedaba brindando yo me fui a urgencias a hacerme una mamografía y tuve una tarde muy complicada porque había un bulto y me tuvieron que hacer una biopsia". Además, lamenta que ni siquiera pudo despedirse de sus compañeros.
'Cazamariposas' se grababa en Barcelona y Nuria se mudó temporalmente a Madrid debido a que por aquel entonces también presentaba 'La habitación del pánico', un programa que no obtuvo el éxito que se esperaba. Pese a que fueron días de mucha incertidumbre, Nuria pudo responder tranquila cuando le dieron los resultados, ya que todo quedó en un susto.
"Hasta después de una semana yo no sabía lo que tenía. Estaba todo el mundo escribiéndome, gente que había estado en 'Cazamariposas' y yo estaba en urgencias y explicando a la gente lo que le estaba pasando porque tampoco quería asustar a nadie y jolín. Fue como '¿En serio tiene que pasar todo hoy?' Y al final no fue nada".
Aunque todo quedó en un susto, a la presentadora le quedó la espinita de no poder disfrutar junto sus compañeros de la fiesta de despedida después de siete años trabajando juntos. "Me dio mucha rabia porque no pude terminar de disfrutar entre comillas de esa tarde con el equipo y de estar con ellos y de abrazarlos, porque todavía nos podíamos abrazar", recuerda con nostalgia.
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