Crítica de ‘Vivir sin permiso’: Entretenimiento que cumple su función

Este lunes, tras la Última Hora de GH VIP, Telecinco ha presentado su nueva apuesta en ficción. Te dejamos con nuestra crítica del piloto.

Protagonizada por José Coronado y Alex González, Vivir sin permiso viene precedida por una de las mayores campañas de promoción que se recuerdan recientemente y con todas las miradas puestas en la cadena y el cuidado que tenga sobre ella, dado que sus últimas ficciones han sufrido constantes retrasos o cambios de programación. ¿Ha cumplido ‘Vivir sin permiso’ las expectativas? ¿Repetirá el éxito incontestable de ‘El Principe’? ¿Sufrirá algún cambio de día?

A partir de aquí… Spoiler Alert

Tras el éxito arrollador de ‘El Príncipe’ era evidente que Telecinco no dejaría escapar al equipo creativo detrás de ella y más concretamente a su creador, Aitor Gabilondo, artífice también de esta nueva ficción. Las semejanzas, por tanto, entre ambas son obvias. ‘Vivir sin permiso’ no es ‘El príncipe’ 2 pero su tono, su narrativa y, por supuesto, sus protagonistas, beben mucho de la segunda. Es este uno de los primeros puntos débiles de la ficción: la sensación de no ofrecer nada nuevo.

La serie arranca con una impresionante secuencia que sirve para presentar a los personajes, el tono y la temática de la producción. A través del discurso de Nemo Bandeira en su 60 cumpleaños, descubrimos el papel de cada uno de los miembros de la familia, los socios y amigos del patriarca, así como la enfermedad que sufre. Desde un primer instante el personaje de José Coronado logra atrapar, con una interpretación magistral, convirtiéndose así en uno de los mejores aspectos de la ficción.

Destacan también, para bien, una maravillosa Claudia Trisac y un Ricardo Gómez que consigue un imposible: que te olvides de Carlitos, interpretando al novio de uno de los hijos de Nemo e introduciéndose así una relación gay que se agradece, ya que no es tan usual en este tipo de series.

Al fin y al cabo el narcotráfico no es más que la base de una serie donde los verdaderos protagonistas son las rivalidades, enfrentamientos y pasiones familiares, siendo por tanto una serie mucho más cercana al drama familiar de ‘Motivos Personales’ que al thriller de ‘Fariña’, como se podría pensar en un principio viendo su temática. Las escenas de acción también tienen su protagonismo, pero nunca llegan a destacar dentro del conjunto.

Visualmente hablando, ‘Vivir sin permiso’ destaca para mal. Sigue dando la sensación, viendo la ficción de Telecinco, que sigue un paso (o varios) por detrás de la ficción de Antena 3, con una fotografía muy simple y plana que no aporta nada nuevo. Esto no tiene por qué ser una debilidad con el tipo de serie que es, pero el público es cada día más exigente y están cuestión puede ser también clave para que alguien se enganche o no. Otro aspecto importante, el guión, deja bastante que desear, con unos diálogos más bien artificiales que solo pueden salvar el buen plantel de actores de la ficción.

Lo que si consigue, y muy bien, es poner las cartas sobre la mesa. Al final del capítulo sabes cuál es la función de cada personaje dentro de la historia y los misterios que se irán resolviendo están más que presentados para que todo aquel que se acerque a la serie no pueda dejarla en el segundo episodio.

La serie tiene todos los elementos necesarios para triunfar. No solo su brutal campaña de promoción va a ayudar, sino que es una producción que encantará al target de Telecinco, y muy probablemente será la sucesora de ‘El príncipe’, en cuanto a éxito de audiencia se refiere. De hecho, la cadena confía ciegamente en ella, puesto que antes del estreno ya estaba renovada por una segunda temporada y vendida a Netflix.

‘Vivir sin permiso’ no pasará a la historia de las series, incluso dentro de esta temporada puede verse lastrada por las comparaciones con ‘Fariña’, serie de temática similar pero con una calidad mayor. Sin embargo, quizás no sea esa su pretensión. Si su objetivo es entretener, lo logra con creces.