'OT 2017' encara su recta final con unos datos de audiencia que han superado las previsiones más optimistas.
El conglomerado de factores que han hecho de esta edición la más seguida desde que se estrenó el formato en 2001 está indiscutiblemente ligado al talento de sus concursantes; a la irrupción y a la dinámica del concurso en las redes sociales; y al gran trabajo que lleva desarrollando desde el primer día la dirección de la academia. Sin embargo, se hace necesario destacar la figura del director del show, el verdadero triunfito de la edición fruto de la constancia y el amor a su profesión.
Roberto Leal, al que ya seguíamos desde el comienzo de su carrera como reportero en ‘España Directo’, se ha convertido en uno de los principales alicientes para disfrutar, cada lunes, de una nueva gala de Operación Triunfo. Cuando los telespectadores de este país nos vimos hastiados de ver, una y otra vez, los mismos rostros de siempre, apareció la frescura de Roberto y consiguió que volviéramos a creer en la cara amable, positiva y constructiva del presentador de ‘prime time’. El secreto del presentador de OT radica precisamente en su sencillez y en su transparencia, se fusiona, en perfecta sintonía, con la idiosincrasia de la presente edición del concurso y eso es precisamente lo que hace de Roberto Leal un elemento imprescindible para el éxito obtenido.
Acerté con su elección antes de que fuese desvelado como presentador del concurso, y he de confesar que tuve mis recelos ante la designación de Roberto como presentador de Operación Triunfo. Era complicado cambiar ese chip en mi cabeza que lo encasillaba como reportero o presentador de programa vespertino con un target tan opuesto al concurso musical. Pasaron dos galas, incluida la 0, para que todos mis prejuicios desaparecieran de un solo golpe, y es que a Roberto Leal le ha costado muy poquito entrar en nuestras casas y traspasarnos la alegría y la emoción que solo transmiten las buenas personas.
Es obvio que Roberto se lo pasa muy bien en esta nueva etapa profesional, y eso traspasa al telespectador, que ríe, se hace cómplice de sus bromas y sobre todo baila, y mucho, con él. El sevillano es consciente de este logro en su carrera y lo está sabiendo aprovechar al máximo y yo, como espectador, lo valoro semanalmente agradeciéndole su buen hacer frente a las cámaras, ya que no hay nada más placentero que contemplar el trabajo de alguien que goza llevándolo a cabo.
Roberto Leal nació en Sevilla, nos ha enseñado España en directo y en 3D a través de su particular 'Espejo público', hoy presenta un programa de moda que le debe mucho más de lo que él pueda imaginar, nosotros no podemos estar más agradecidos ante este maravilloso producto, fruto de la auténtica operación triunfo.
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