Como espectador llevo muchos años viendo a Manel Fuentes en los medios de comunicación y siempre me había parecido un tipo “campechano” del que destacaría su polivalencia en cuanto a presentar diversos tipos de programas de entretenimiento, siempre con gran tino.
Hace unas semanas tuve la oportunidad de verle trabajar en directo en el plató de 'Tu Cara No Me Suena Todavía' y como ya escribí en su día me sorprendió, por un lado, el cariño mostrado en todo momento al equipo técnico y artístico, y por otro lado, el alto ritmo y emoción que imprime al show. Pues bien, estas sensaciones se corroboraron cuando el presentador catalán nos recibió hace unos días en su camerino.
Allí vimos a un Manel muy agradable, predispuesto a ayudarnos en lo que fuera necesario. Un tipo que es lo que parece ser, un grande en lo personal y en lo profesional. Tuvimos la oportunidad de verle reflexionar, reír e incluso emocionarse con alguna de las preguntas formuladas. Fue una gozada poder compartir un buen rato de conversación sobre televisión con un profesional que lleva más de 20 años formando parte de un medio al que adora.
El Televisero: 'Tu Cara Me Suena' se ha convertido en todo un fenómeno internacional, destronando a programas míticos como 'Sálvame' y ahora manteniendo una bonita lucha con 'La Voz Kids'. ¿Cómo se lleva desde dentro? ¿Sientes mucha presión respecto a las audiencias?
Manel Fuentes: Sentimos agradecimiento, porque muchos de los que estamos aquí coincidimos hace un montón de años, por ejemplo, en “Crónicas Marcianas”. El realizador, la productora, los maquilladores, son los mismos. Son mucha gente con la que venimos coincidiendo desde ese momento. Quizá cuando llegó ese boom de “Crónicas Marcianas” éramos casi todos muy jóvenes y entendíamos que eso era normal. Luego a medida que llevas tiempo en esto creo que sabes disfrutar, agradecer y cuidar mucho más cuando vuelve a llegar un tsunami positivo de esta manera. Y en el caso de “Tu cara me suena”, trabajar con Tinet Rubira, Laia Vidal y con muchos amigos que son muy cuidadosos en hacer bien su trabajo nos da ese punto de ser muy conscientes de lo que nos está pasando, esta vez sí, y conscientes que temporada tras temporada, semana tras semana miramos de dar lo mejor de nosotros, pensar nuevos números para que el programa siga sorprendiendo y en este caso con gente anónima para dar esa oportunidad a parte del público que nos lo pedía.
Como lo hicimos también con “Tu Cara Mini”, en definitiva es un formato que ha dado muchas alegrías, de hecho es el formato español más exportado desde el 1,2,3. Y luego al mismo tiempo también consigue que con sus derivadas genere productos muy competitivos.
En cuanto al momento actual, “La Voz Kids” sin nosotros estaba en el 30% de cuota de pantalla y ahora mismo estamos compitiendo por la noche. Ellos van con su marca inicial, nosotros estamos con un formato “nuevo” que viene de “TCMS” pero que no es exactamente igual, con lo cual el agradecimiento y el trabajo es mayor, pero lo hacemos muy felices y contentos.
En cuanto a tu relación con los miembros del jurado. ¿Hay tan buen rollo como parece? ¿Quedáis para cenar de vez en cuando, os llamáis…?
M. F.: A ver…hay cosas que no te voy a contar (risas). Había una canción antigua de Elton John que decía “The camera never lies”, la cámara nunca miente. Yo creo que eso al final se ve. Han habido momentos con el jurado en los que se ha vivido incomprensión a veces por mi parte o ha habido un comentario que no ha gustado, en cambio cuando te ríes lo haces con ganas. Todo lo que pasa es de verdad, yo creo que así es como debe ser. No tienen una tarea fácil, porque están juzgando a los concursantes y de su veredicto dependerá su suerte o poder repetir o no, sobretodo en esta edición. Muchos de ellos se van a llevar determinados comentarios a su casa con los que, depende de quién, se puede ir un poco mosqueado. En este contexto, yo que los veo ensayar, que estoy con los concursantes muchos días, pues también a veces mi punto de vista es un poquito diferente, pero evidentemente el buen rollo y la conexión que hay con todos ellos, es increíble.
Imagínate… con Latre nos conocemos desde “Crónicas”, con Llàcer también por esa época ya empezamos a coincidir, con Micky hemos trabajado juntos en muchos proyectos en Madrid con Globomedia y con Mónica, Chenoa y Lolita también nos conocemos desde hace mucho tiempo y hay muy buena afinidad. Eso se nota.
Cinco temporadas de TCMS, grandes actuaciones y también alguna menos buena.
M. F.: Si, vinieron Los Chunguitos... (Risas)
¿Cuál ha sido la actuación que más te ha emocionado en todo este tiempo?
M. F.: La que más me ha emocionado, en negativo, ha sido “La puerta de Alcalá” (risas). Si tú revisas lo que cantaron Los Chunguitos no tiene nada que ver con la realidad.
¿La sitúas por encima de la actuación en la que imitaron a Locomía?
M. F.: Superior, superior. Con Locomía piensa que había muy poco riesgo en equivocarse en la letra pero en “La Puerta de Alcalá” que es una canción, que casi todos en un estado más o menos sereno hemos cantado en un karaoke, creo que nadie en España la canta como los chunguitos, afortunadamente. De hecho creo que ese día incluso no recibieron los derechos de autor porque era irreconocible (risas).
En tu historial…Crónicas Marcianas, La Noche Con Fuentes y Cía. (Premio Ondas en 2002), Caiga Quien Caiga, entre otros programas de gran éxito. ¿Cuál es el programa del que guardas un recuerdo especial?
M. F.: Yo creo que todos, siempre digo que a veces se gana y a veces se aprende. He tenido la suerte de participar en formatos de muchísimo éxito que al final es lo que hace que uno lleve más de 20 años en este oficio y aunque sigo aprendiendo, la experiencia también es un grado y hay cosas que más o menos ya sabes como manejarlas.
Quizá en TCMS lo que me sigue fascinando y me encanta es que hay un punto de improvisación, de libertad, de no saber por dónde va a ir el balón. Yo a veces, asemejo mi posición a la de Xavi Hernández, ex centrocampista del Barça, al final tengo que hacer que el programa circule, que tenga ritmo…creo que lo viste cuando viniste a ver el programa en directo. Es un programa que no está editado, sino que tengo que darle ritmo en el momento y he de repartir balones para que luego el Messi de turno meta un gol. Ese tocar y tocar para buscar siempre la mejor opción, desde la experiencia pero sin saber exactamente todo lo que va a pasar, para mí es un plus. Al igual que considero un plus jugar con la música y jugar a ser otros en el mundo de la música, de hecho es lo que hago yo con mi banda, rindiendo tributo a Springsteen, por tanto soy fan del formato por vivirlo incluso antes de que hiciéramos el programa. Con lo cual en este momento de mi carrera, con la experiencia que ya tengo, con un equipo que conozco y reconozco, con este ingrediente de trabajar fuera de guion, todo esto a mí me da la vida, es lo que más me gusta.
Luego te podría decir de cada uno de los programas que nombras cual fue el reto, es decir, a mí siempre me gusta trabajar un poco contra pronóstico. De hecho, cuando empezó este programa todo el mundo decía que no iba a funcionar. Incluso Santiago Segura el primer día me dijo que no se quería afeitar porque el programa iba a durar dos días y tuve que ser yo el que le dijese “Confía, que esto va a ir muy bien”.
Luego con “Crónicas Marcianas”, íbamos contra nada más y nada menos que Pepe Navarro. Yo le decía a Sardá “Ostras, ¿Quieres decir que esto va a funcionar?” a lo que él me respondía “Tranquilo, verás como sí” y al final fue un éxito. Después, pegar el salto en solitario en “La Noche Con Fuentes y Cia”, el domingo por la noche en Telecinco, cuando no les había ido bien ni al “Terrat” con “La Última Noche” ni a Boris Izaguirre con “El Anfitrión” y todo el mundo me decía “Te la vas a dar” y al final estuvimos cinco temporadas. Ese programa, de hecho era lo que yo quería hacer en “Crónicas”.
Cuando me llamó Sardá, yo estaba en Estados Unidos mirando Late Nights americanos y me dijo “Vamos a hacer un Late Night en Telecinco”, yo en aquel momento ganaba 100.000 pesetas y pese a ser un tío que cobraba 600 euros tenía mi orgullo y le dije “Si vas a hacer un programa estilo Moros y Cristianos yo paso porque estoy por otra onda”, a lo que me dijo “No, tranquilo, va a ser un Late Night rompedor” y efectivamente fue un programa muy novedoso pero no era exactamente lo que yo quería hacer y con “La Noche” conseguimos emitir el primer Late Night que se hizo para toda España. Andreu Buenafuente había hecho formatos similares en Catalunya y Wyoming en Telemadrid, pero para toda España, pienso que ese formato puro no se había hecho nunca. Con lo que me podía pegar una ostia o podía ir bien, pero ese era el riesgo y funcionó.
Volver con el “Caiga quien Caiga”, después de Wyoming, también era un poco arriesgado, pero nos planteamos estructurarlo para que no fuese tan piramidal, sino que la mesa estuviera un poquito más repartida con Arturo y Juanra, con los que a día de hoy mantengo una gran amistad, pero embarcarse en aquel proyecto también fue un riesgo.
Y Tu Cara Me suena, también representó un riesgo, yo creo que cuando arriesgas confiando en la apuesta, te puede salir mal, pero entonces no te va a doler y si te sale bien la satisfacción es inmensa, es por eso que mi satisfacción con “TCMS” es absoluta y en cada momento te puedo contar esas pequeñas historias que hicieron que yo dijera que sí y que me lo currase. Incluso “La Noche”, fue un formato que propusimos nosotros a Telecinco con gente de Globomedia y en ese momento nos lo compraron. Pero siempre hay un riesgo y un trocito de corazón y aquí en “TCMS” hay mucho de eso. Ya te digo, hay mucho de mí en la manera de funcionar.
Nada más y nada menos que 14 años con “The Spring’s Team Band”. En el año 1988 descubriste a Brunce Springsteen y surgió la chispa. ¿Cómo surgió tu incursión en la música?
M. F.: Así es. Todo empezó con la “Noche de Fuentes y Cia” y con la orquesta que allí teníamos. Todas las ráfagas que sonaban eran de Springsteen. El batería del grupo tenía dos hijos y llegó un día en el que el productor de la banda dijo “No hay pasta para mantener la banda, vamos a ponerla enlatada a partir de ahora”. El batería, que fue el que le puso nombre al grupo, preocupado por la situación me preguntó sobre qué íbamos a hacer a partir de ese momento. Le dije “No te preocupes, que hay un tío aquí, que era el hermano de Javier Sardá, propietario de Luz de Gas, que quiere que yo actúe en su sala con lo cual lo tenemos arreglado”. Fede Sardá me puso como requisitos que todo el equipo artístico viniese de Madrid y yo tenía que acarrear con sus gastos, que yo no cobraría, que no hubiera prensa (hasta asegurarse que lo hiciéramos mínimamente bien) y al final del bolo yo y mis amigos podríamos beber gratis, con lo que Fede Sardá demostró ser un gran amigo mío y un mal empresario porque seguramente palmó todas las noches que nosotros tocamos allí (risas).
Allí nació todo. Ahora la cosa se ha profesionalizado mucho, han salido grandes talentos. De hecho, empezó con nosotros Jairo Zabala que ahora es “Depedro”. Actualmente la banda yo creo que está súper rodada, ensayamos prácticamente cada semana, disponemos de un repertorio muy amplio, tenemos formato trio que ahora estamos haciendo en Madrid o formato con la banda entera y allí es donde estoy muchos fines de semana.
¿Te ves como mínimo otros 14 años llenando de música y felicidad los teatros y salas de este país?
M. F.: Sí, totalmente y la tele y todo… Yo me sigo considerando un aprendiz apasionado, un tío que todo lo que hago miro que me apasione. Lo que sí que ha sido una decisión importante en mi vida fue cuando murió mi padre, hace tres años, y me dije a mí mismo “No voy a hacer nada que no me apetezca hacer, pero ni una cena”, es decir, no voy si no me interesa. Y lo mismo pasa con proyectos de TV, radio, o con cantar. Por tanto, todo lo que hago es aquello que quiero hacer.
Te escuchamos durante 4 años en “Els Matins de Catalunya Radio” un medio donde también te desenvuelves como pez en agua. ¿Lo echas de menos? ¿Volverías si te hiciesen una oferta?
M. F.: No (risas). En una radio pública tal y como funciona es un poquito complicado. Tendría que ser un proyecto muy claro, con una apuesta muy decidida por parte de la dirección. La radio como medio me sigue apasionando, como me sigue apasionando escribir en prensa o la tele, pero tiene que ser el qué. Cuando me dicen ¿Radio o Tele? yo contesto preguntando por el producto. Si voy a tener quien defienda ese producto adelante, pero si no es así… ya te digo, para mí la gran liberación fue decir “Bueno, se ha acabado esto de levantarme a las 4 de la mañana”.
¿Eran muy duros esos madrugones?
M. F.: Más que los madrugones eran cosas más internas, cosas de politiqueo. Eso sí que me agotaba mucho. Al final creo que no hay nada más honesto que el entretenimiento. Sabes lo que das, lo que ofreces y lo que te piden. En otros terrenos yo creo que la cosa está mucho más difusa.
Te vimos en los Goya 2014, una gala siempre repleta de polémica, ¿Qué tal la experiencia?
M. F.: Ese momento fue el peor de mi vida porque mi padre se estaba muriendo y porque hubo un tío que jugó a ser productor ejecutivo. Fue un poquito complicado trabajar allí en las circunstancias personales en las que yo estaba. No estaba para hacer reír ni mucho menos, con lo cual es algo que como digo, a veces se gana y a veces se aprende y en ese momento a mí me tocó estar en el peor momento, lejos del hospital, dónde mi padre murió cuatro días más tarde. Es jodido, no me gusta mucho hablar de eso.
¡Lo siento mucho! Dice mucho por tu parte, porque en la gala pudimos ver al Manel profesional de siempre.
M. F.: Bueno, salió, ya está (termina esbozando una sonrisa)
Manel, gracias por tu afecto y cercanía, que sigan los éxitos y ¡Hasta pronto!
Por Enrique López.
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