Por Jesús Carmona.
El porqué de las cosas catódicas.
Representa con una galantería descacharrante a las capas más fangosas e iletradas de la sociedad. Lo hace con facundia vindicta creyendo que sus palabras serán odas para esos desprotegidos. Paz es una tía humilde donde las haya, que cubre con su manto a su tierra siempre que viene ventisca; se enorgullece muy mucho de sus raíces. Eso la hace grande, quizás donde se desdibuja su égloga patria es en el modo de exculpar.La cuenta chistes -porque para mí no es humorista ya que para ello se necesita sentido del humor, y ella carece de él- se revuelca en la polémica con una desenvoltura obscena. Le gustan las turbulencias y cuenta con sapiencia en el boxeo verbal. Los que braceamos en esto sabemos que cuenta con muy pocos adeptos en Mediaset, que el trato personal con sus compañeros es nefasto y que su relación con los directores es volátil y volcánica. Pone seriedad donde debería atribuir humor, y deposita éste donde aclama la cordura y el sosiego.
Es discordante en grado sumo, y tal cosa tiene agotados a los colaboradores de 'Sálvame', pues no terminan de comprender quién es en verdad la Padilla. Me aseguran que la no invitación a su boda la estimaron desde Telecinco como una bofetada sin manos y un desplante helador que Paz intentó taponar con humor zafio. El ultimo enganche vino entre Paz y Mila Ximénez a cuenta de un tweet de Irene Rosales, defendiendo a su novio Kiko Rivera en su penúltimo desbarre. Rosales escribió "Señor Mercho", en lugar de Melchor. Mila salió como un miura y definió a la chica como una ignorante.
Padilla se empeñó en justificar la falta de ortografía en base a que los andaluces se lían al escribir porque lo hacen fonéticamente. ¿Perdona?, como bien le apostilló Kiko Matamoros, el poeta Rafael Alberti hablaba con acento andaluz pero nunca se le escapó una falta. Flaco favor le hace la presentadora a las andaluces. Claro que ella, en lugar de erigirse como ejemplo, y lanzar odas culturales, se dedica a menear la pandereta. Tú, querida, deberías ser espejo y dar una imagen más atribulada. Como famosa tienes una obligación pública y moral. La lengua, esa riqueza del hombre, es obra sagrada. Los elegidos de la sociedad, como Paz, tienen por ello la doble misión de venerar y respetar el esplendor de la lengua. Este tema me tiene especialmente escamado. Tenía que escribir para que no me saliera una úlcera. Por favor, que personas como Paz Padilla, que festejan la torpeza y la incultura, no sean ejemplo de nada.
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