Steisy: "En Supervivientes no me atrevía a hacer la prueba de apnea porque me recordaba a cuando mi ex me asfixiaba"

La ex concursante de ‘Supervivientes’ se ha confesado duramente en la revista ‘Lecturas’, donde relata su dramática juventud, sufriendo penurias y malos tratos de su ex novio

Steisy, una de las concursantes más queridas de la última edición de ‘Supervivientes’ ha vivido, pese a su juventud (25 años), numerosos dramas, tal y como cuenta en una dura entrevista en la revista ‘Lecturas’.

Empezó a trabajar a los 14 años para poder ayudar a su familia económicamente: «Me sacaron del colegio, yo no quería estar más allí porque quería trabajar para ganar dinerillo. Mi madre no quería que yo dejara los estudios y me pusiera a limpiar lavabaos como ella».

Y continúa relatando su dura adolescencia: «Me apuntaron en unos cursos de la Junta de Andalucía de peluquería, sólo se podía entrar con 16 y les engañé. Al mes de estar estudiando empecé a trabajar en una peluquería. No sabía hacer nada, pero barría pelos, lavaba cabezas y miraba. Trabajaba de lunes a sábado por 150 euros. Con mi primer sueldo, cogí 50 euros y me compré un pantalón y una camiseta y os otros 100 los guardé. No pedía a mi madre ni un duro, no quería ser una carga para ella». 

Pero lo más dramático que cuenta Steisy es en relación a un aborto que sufrió su madre, a la que pagó una operación de cirugía estética: «Cuando yo tenía dos años, mi madre tuvo un bebé en la barriga y cuando estaba a punto de parir en el hospital, a la niña se le lió el cordón umbilical, se llenó de líquido y no la pudieron sacar. A mi madre se le rajó la barriga, se le quebró el ombligo, se metía algodones y lo pasaba fatal, y ha estado desde los 24 años hasta los 44 sin ponerse un biquini. Cuando cumplí 18 años, con lo que ahorré de la noche, le pagué los 3.800 euros que costaba la operación– relata entre lágrimas- Le decía que no me lo devolviera, yo solo quería que ella ahorrara, la pobre trabajó mogollón un verano».

Steisy confiesa que no se puede gastar 100 euros en una comida o disfrutar de un nivel de vida y su familia de otro, «me mata el cargo de conciencia«, afirma. La joven no sabe como agradecer las ayudas recibidas: «Cuando no teníamos nada, sino llega a ser por mis titas, mi madre y yo nos hubiéramos visto en una cueva. Ellas nos han metido en su casa, nos han llenado la nevera, cuando casi no tenían para llegar a fin de mes. Tengo tanto que agradecerles a mis titos y a la gente… Salí adelante gracias a los favores de la gente, las monjitas nos dan comida…«.

Además, se ha convertido en un padre para su hermana menor, Cristina, quién la visitó en ‘Supervivientes’, ya que su padres las abandonó cuando eran muy pequeñas: «Mi hermana Cristina no tiene una imagen paterna. Le prometí que no la iba a necesitar, me tiene a mí. Me mata por dentro no poder darle lo que necesita. Prefiero quitármelo yo de la beca para que ella lo tenga todo y sea igual que sus amigos».

Confiesa que ahora ahorra mucho: «Ahora que estoy ganando más dinerillo, lo ahorro todo, no quiero vivir con el nivel de vida que se me está dando ahora. No se me olvida de dónde vengo, quiero tener un techo para ser independiente».

Sufrió malos tratos a los 16 años

El episodio más duro de su vida, fue a los 16 años, cuando se echó un novio un año mayor que ella: «Tuve una discusión muy fuerte con mi madre y decidí irme con 16 años, estaba en una época muy rebelde». Por ese motivo se fue a vivir con su novio: «Ahí empezó el infierno. Fuimos a vivir a una casa de su tita, precintada por el ayuntamiento, porque se podía caer. Empezó haciéndome sentir que todo lo que tenía se lo tenía que agradecer, me sentía chiquitita«.

Y continúa su dramático relato: «Me sacó de la peluquería porque era un celoso. Perdí la fe porque él me obligaba  ser de otra religión, tenía que ir con falda larga a las congregaciones y yo no quería. No podía hablar con mi madre, me encerraba en casa con llave y se iba a trabajar. Un día me quemé la mano, y no podía salir a curarme. Estaba en shock. Me tenía que concentrar para que la paliza fuera lo más pequeña posible. Dejé de hablar. Me pegaba patadas en mis partes, me rompía la ropa, me obligaba ir con cuello alto y manga larga. Llegué a tocarme la cara después de una agresión para ver si estaba viva. Era muy psicópata. No lo podía contar a nadie. Dejé de comer, perdí 10 kilos en muy poco tiempo, llegué a pesar 43 kilos».

Según confiesa, su madre le salvó la vida: «Si no hubiera sido por ella, habría salido en una caja de pino. Se dio cuenta de todo porque dejé de hablar, estaba enferma. Un día estaba en mi cama y me entró ese miedo de que me tenía que ir porque me iba a matar, me levanté y empecé a llamar a mi madre. Hubo una denuncia, pero eran otros tiempos. Le cayeron 21 días de trabajos de comunidad».

La ex concursante de ‘Supervivientes’, lejos de ir de víctima, confiesa que ha ocultado muchas cosas para no relatar la verdad, como cuándo tuvo que hacer la prueba de apnea en el concurso: «No me atrevía a hacer la prueba de apnea porque cuando mi exnovio me maltrataba me asfixiaba muchas veces y no puedo sentir la sensación de no respirar en el agua, no puedo entrar en ese estado. No lo conté. Hice la prueba. Estoy orgullosa de que ese hombre vea que lo que me hizo no me ha afectado».

Trabajó como stríper a los 18 años

A los 18 años, tras pasar por ese infierno, empezó a trabajar como stríper: «Trabajaba toda la noche y a las ocho de la mañana me iba a trabajar a la peluquería ocho horas para ganar 500 euros al mes»
Steisy confiesa con rotundidad que jamás volvería a trabar de stríper: «Cuando gané un poco de dinero fue lo primero que me quité de encima. Me verás antes ayudando a limpiar casas que de stríper». 

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