Samuel le pide a Petra que afloje con María Fernández, pero el ama de llaves le sorprende al decirle que le vio besarse con María Fernández, y amenazaba con contarlo a todo el mundo. Mientras, en 'La Promesa' no se acaba la fiesta.
Tras la farra del duque de Carvajal y Cifuentes, todos se preparan para celebrar la inminente boda de Rómulo y Emilia, aunque Petra no está dispuesta a que asista a la iglesia ningún miembro del servicio. ¿Tomarán medidas sus compañeros?
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Manuel, por su parte, se ha quedado tocado tras el acoso y derribo por parte de las señoritas de la fiesta y no duda en rechazar la invitación que recibe de una de ellas, de Enora. Mientras, Ángela también recibe una nota, pero en esta caso es del hombre al que agredió en la fiesta por sus abusos. Lorenzo le aconseja que acuda a su casa a aclarar las cosas.
Lope se prepara para ir a la casa del duque de Carril y Vera le da instrucciones para moverse por el palacio. Sin embargo, a última hora, duda sobre la conveniencia de ir o no. Y Leocadia no acaba de ver con buenos ojos la forma de comportarse de Adriano y así se lo hace saber a Catalina.
Avance de 'La Promesa' del capítulo del martes 1 de julio
La fiesta sigue coleando, pero las repercusiones no son positivas para Ángela. Lorenzo encuentra una aliada inesperada para enviar a la muchacha a casa del marqués de Andújar para pedirle disculpas.
Inesperada es la decisión que toman Rómulo y Emilia con un ultimátum: si Petra no permite al servicio ir a la boda, será la boda quien acuda al servicio. Alonso ha acudido a Catalina en varias ocasiones para que lo ayude con la finca. Ahora, da un paso más allá para depositar en ella, y en Adriano, una responsabilidad que nunca antes le había otorgado.
Samuel sigue buscando una explicación a la actitud de Petra e intenta evitar que le cuente a todo el mundo su romance con María Fernández. Finalmente, el ama de llaves da un giro a su postura, cede y termina contándole al sacerdote el nombre de su verdadero amor en la vida.
La historia montada para infiltrar a Lope en el palacio de los Duques de Carril parecía perfectamente ideada… hasta que se topan con la realidad: don Gonzalo no está en casa.
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