Lo hemos dicho muchas veces, pero nunca está de más volver a hacerlo: 'Avatar: la leyenda de Aang' es una de las mejores de animación de la historia. Producida por Nickelodeon y creada por Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko allá por 2005, se convirtió en una auténtica serie de culto. No solo por todo el mundo creado para la serie, sino por la personalidad de sus protagonistas, creando unos personajes con los que era muy fácil identificarse.
A lo largo de tres temporadas, la historia fue volviéndose más madura, más adulta, más oscura, pero siempre con esos detalles de humor infantil que tanto la caracterizaban. Y cuando decimos oscura, nos referimos a la trama, no al aspecto, ya que 'Avatar: la leyenda de Aang' siempre destacó por su colorido. Ahora le toca el turno a la adaptación en acción real de Netflix, con su estreno este 22 de febrero. ¿Pasa el examen?
Muchos temíamos la adaptación que llegaba de la mano de Netflix. Primero, porque todos tenemos en el recuerdo (aunque hayamos querido borrarlo) la película de M. Night Shyamalan, que falló en todo lo fallable. Segundo, por la marcha de sus creadores originales por diferencias creativas con la plataforma. Y tercero, por varias declaraciones de su showrunner Albert Kim, que insistía en comparar su adaptación más con 'Juego de Tronos' que con la propia serie original. Todos los fans se pusieron en alerta y el miedo a esta nueva versión de la historia estaba ahí. Tras ver la serie, podemos decir que 'Avatar: la leyenda de Aang' sorprende y cumple con creces. Pero está lejos del material que adapta.
¿De qué va 'Avatar: la leyenda de Aang'?
El mundo está dividido en cuatro naciones, correspondientes a los cuatro elementos: La Tribu del Agua, El Reino de la Tierra, la Nación del Fuego y los Nómadas del Aire. En cada nación hay una notable orden llamada de los "Maestros" que aprenden a potenciar su talento nato y manipular su elemento nativo, combinando artes marciales y magia elemental. En cada generación, sólo un Maestro es capaz de controlar los cuatro elementos, y recibe el nombre de Avatar, el espíritu del mundo manifestado en forma humana, capaz de mantener la armonía de las cuatro naciones.
Cuando La Nación del Fuego sometió a su dominio al resto de las naciones, parecía que la guerra se impondría. Sin embargo, la reencarnación del Avatar esperaba, congelado en una burbuja de hielo, que alguien le encontrara... Cien años después dos niños, la responsable y valiente Katara y su aguerrido hermano Sokka descubren a Aang. Juntos comienzan un épico viaje para cumplir el destino del Avatar: Dominar los cuatro elementos y devolver el equilibrio y la paz al mundo.
Un mundo muy rico en personajes e historia
La adaptación de 'Avatar: la leyenda de Aang' llevada a cabo por Netflix empieza de manera diferente a la historia original. Y no es una mala decisión. En vez de comenzar con Katara y Sokka encontrando a Aang en el hielo, nos enseñan cómo acabó ahí en un primer momento. Es decir, nos enseñan el Templo Aire del Sur, donde Aang es un chaval aprendiendo a controlar su don, y cómo la Nación del Fuego, temerosa de la llegada de un nuevo Avatar, arrasa con todos los Nómadas del Aire. Una forma de poner en contexto al espectador, junto con una persecución en la Nación de la Tierra, para dejarnos claro que vamos a presenciar una guerra.
Y, aunque sea una forma diferente de iniciar la historia, la serie ya va mostrando sus cartas, y vemos las primeras diferencias. Primero, un tono más oscuro y peligroso. Algo que se irá acrecentando según avanza la historia. Y segundo, la decisión de aunar tramas de diferentes episodios de la serie de animación en una sola, para así hacer avanzar la serie de otra forma. Pero la historia de 'Avatar' es tan buena y tan potente, que da igual por dónde la empieces, o qué hagas con ella, que siempre brillará por sí misma.
Así, poco a poco vamos conociendo ese mundo tan rico y complejo formado por cuatro naciones diferentes. Y todos tememos al fuego casi desde el primer momento. Pero también notamos algo que nos descuadra, y que provoca que esta adaptación sea más floja que otras más recientes como 'One Piece': el montaje. Las peleas no están bien coordinadas y, por momentos, son más manchas borrosas moviéndose que una coreografiada bien planteada. Hay muchos errores de una escena a otra, con algunos momentos de los actores estando en tierra de nadie, como si fuera una imagen de detrás de las cámaras. Todo ello nos deja un regusto agridulce en el resultado final.
El cuarteto protagonista queda desequilibrado
Pasa algo similar con los protagonistas. Pese a que el reparto ha sido perfecto, con unos intérpretes mimetizándose con los personajes, no todos están a la altura. Ya sea por fallos del guión y desarrollo de la trama, como por unas interpretaciones más sosas y blandas. Ahí nos encontramos por ejemplo al Sokka de Ian Ousley. La adaptación de Netflix le ha despojado de toda su evolución. En la serie original, pasaba de ser poco menos que un machirulo a entender las motivaciones de su hermana, del Avatar y convirtiéndose en un auténtico guerrero de la Nación del Agua. Pero en la serie de Netflix, queda relegado a un papel demasiado secundario, sin gracia, y que podría desaparecer de la historia y no afectaría en absoluto.
La Katara de Kiawentiio sí que funciona. Al final, es la base de toda la serie. Katara es el gran personaje de 'Avatar: la leyenda de Aang' junto a Zuko. Y, en la adaptación de Netflix, siguen siendo los mejores personajes, junto al tío Iroh, la voz de la razón. Sustentan la historia y su carisma funciona (salvo el de Zuko, que no acaba de entender del todo a su personaje).
Y un muy buen añadido es la aparición del personaje de Jet, aunando tramas en la Nación de la Tierra. El actor, Sebastian Amoruso, es perfecto para el papel, y le da ese toque de canallería perfecto para el personaje. Uno de los aciertos de esta nueva adaptación.
Falta de humor, repleto de acción
'Avatar: la leyenda de Aang' nunca perdía de vista ese tono de serie de animación, con un humor muchas veces infantil, aunque iba depurándose a lo largo de las temporadas. Ese equilibrio es uno de los detalles que hacían diferente y especial a la serie. En esta nueva versión, el humor brilla por su ausencia. Esos chistes que sustentaban al trío protagonista no aparecen, sobre todo por haber desligado a Sokka de toda personalidad. Al final, si has visto la serie original, es uno de los aspectos que más se resienten. Si solo ves la adaptación de Netflix, no destaca tanto, pero a veces todo tiene un aire demasiado pomposo para lo que se está viendo.
Está claro que Albert Kim buscaba una serie familiar de aventuras, pero se toma demasiado en serio en algunos momentos, buscando una espectacularidad de series más adultas. 'One Piece', en ese aspecto, sí que consiguió un equilibrio mucho mejor. Y el aspecto visual estaba más cuidado. Pese a que 'Avatar' tiene escenas brillantes y muy bien construidas, muchas veces se nota demasiado el CGI (algo mediocre) y los escenarios con croma detrás.
Pese a sus fallos, de todos modos 'Avatar: la leyenda de Aang' es una buena serie para toda la familia, fácil de ver y que entretiene a la perfección. Lejos del material original, por supuesto, pero bastante resultona para traer nuevos fans.
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