La organización de ‘First Dates’ tiene que reiniciar una cita por lo ocurrido con una soltera

Ying y Ana fueron una de las parejas de la última entrega de 'First Dates', aunque ambos tuvieron sensaciones muy diferentes durante la cita y salieron tarifando

Ana empieza con muy mal pie su cita en 'First Dates' por sus prejuicios. | Cuatro

Una semana más, el restaurante de ‘First Dates’ volvía a abrir sus puertas en Cuatro para acoger a nuevas parejas que llegaban buscando conocer al amor de sus vidas. Y, si bien, algunas lo consiguen, otras se quedan con las ganas, y si no que se lo digan a Ana, una de las protagonistas de la entrega ofrecida este lunes, 22 de enero.

Ying era un soltero de 41 años de origen asiático, pero que llevaba en España más de 23 años. «Soy la oveja negra de la cultura china porque no encaja mucho conmigo», confesaba. Y es que reconocía ser un enamorado de lo occidental y sobre todo de nuestro país: «De España me gusta todo, la cultura, la gente y su filosofía». Aunque, eso sí, en el amor no ha tenido mucha suerte, por lo que su deseo era conocer a su media naranja en el dating show de Mediaset.

La cita que le buscó el equipo de ‘First Dates’ era Ana, una soltera canaria de 43 años, que se definía a sí misma como la «Shakira canaria». «Un poco de aire latino tengo, físicamente», aseguraba en su presentación. Sin embargo, la primera impresión nada más verse era muy diferente. Según reconoció Ying, «primero me fijo en los ojos y luego ya en el físico». «Me la esperaba más alta, más delgada y más cuidada físicamente», sentenció el chico. Las cosas ya empezaban mal. Por su parte, ella afirmaba que «de los hombres asiáticos» le gusta que sean «sinceros, buena gente, trabajadores y deportistas».

Carlos Sobera interviene ante los prejuicios de Ana y obliga a empezar de nuevo

Además, la soltera de ‘First Dates’ empezó su cita con muy mal pie. Ya que, antes de que él empezase a hablar, dio por hecho que Ying era de Japón. Ante esto, Carlos Sobera se vio obligado a intervenir seriamente: «Vamos a empezar de nuevo porque, si le dices que es de Japón, tenemos un problema. Es español y, en todo caso, originario de China. Lleva 23 años en las Islas Canarias».

Ana intentó justificar su metedura de pata, alegando que «puedes confundirlo con un japonés». Pero el presentador volvió a interrumpirle: «No, me vas a perdonar. Esto es como confundir a uno de Bilbao con uno de San Sebastián. ¡Vamos, hombre!», le soltó el presentador con su habitual ironía. Una vez pasado ese momento de cierta tensión, la pareja pasó a una mesa para cenar y seguir conociéndose.

Nada más comenzar la velada, la canaria quiso disculparse con su cita por su error: «Antes te había dicho que eras de Japón porque a mí me gusta mucho Japón». Y es que, según reconoció, le gustan los japoneses porque «son educados, limpios, muy trabajadores». «A mí me gusta mucho Asia, pero si me das a elegir entre China o Japón, me quedo con Japón», confesó Ana.

Ana no acepta las calabazas de Ying en la decisión final de ‘First Dates’

Aunque ahí no terminaron los prejuicios de la soltera. Y es que, antes de que Ying revelase en qué trabaja, ella dio por hecho que se dedicaba al comercio. Algo que él negó categóricamente: «No, soy electricista». Por su parte, Ana dejó sin palabras al asiático al revelar que en su día fue militar del ejército de tierra: «Es mi sueño, no he podido ser militar porque tengo los pies planos». Ante las cámaras de ‘First Dates’, la mujer explicó que «comprende mucho la cultura española para ser de China, no todos la comprenden».

En cuanto a sus aficiones, la canaria confesó que realizaba yoga, meditación y telas aéreas. «Eso dice ella, pero yo pienso que Ana no es muy deportista», se sincero él ante el equipo de ‘First Dates’, no creyéndose las aficiones que le había contado su cita. Mientras que ella reconocía que «tiene un físico atlético», tras descubrir que él realizaba calistenia.

Cuando la pareja pasó al reservado para continuar conociéndose un poco mejor, ambos se mostraron bastante tímidos a la hora de tener algo más de contacto físico. Aunque Ana no le cerraba las puertas del todo, Ying tenía claro que la soltera no era la mujer de su vida y que no había nada de afinidad: «No encaja conmigo, como pareja la respuesta es no».

Por eso, en la decisión final, Ana se quedó descolocada al descubrir que Ying le daba calabazas. Tal era su sorpresa que la canaria no entendía este rechazo y fue incapaz de asumirlo como así se lo reconoció al equipo de ‘First Dates’: «Él dice que quiere que nos sigamos conociendo». «No… ¿Te esperabas esa negativa por su parte?», le preguntaban los redactores del programa. A lo que ella respondió sin aceptar el rechazo de su cita: «Su negativa no es al 100%». En paralelo, él volvía a negar con la cabeza, dejando claro que no la iba a dar una segunda oportunidad ni remotamente.

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Carlos Sobera en 'First Dates'
Carlos Sobera en 'First Dates'.

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