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El resurgir de TVE: Las claves de su remontada tras 10 años de travesía por el desierto

TVE ya no va a remolque, ahora es ella la que marca el paso. Con la presión añadida que supone tener que rendir cuentas con el pueblo, la cadena pública ha sabido arriesgar e invertir en una programación con sello propio. Una oferta que combina sin sobresaltos el entretenimiento más nostálgico con formatos que rompen con los modelos establecidos.

Imágenes de 'El Conquistador' de TVE con Raquel Sánchez Silva y Julian Iantzi.

Foto: Montaje El Televisero

Tener tu propia personalidad, tanto en la vida como en la tele, es vital para atraer a la audiencia. Este dogma, que podría ser el subtítulo de cualquier libro de autoayuda barato, tiene bastante de verdad cuando hablamos del mercado audiovisual. Tener una imagen de marca diferenciada es un punto de inflexión necesario para tejer una estrategia que permita que tu proyecto funcione. Y La 1 de TVE llevaba una eternidad buscando su sitio.

Lejos quedaban aquellos tiempos en los que las primeras ediciones de 'OT' y las series familiares le dieron a la cadena pública un liderazgo incontestable. Después de saborear la gloria en los inicios de los dosmiles, el canal principal de RTVE se vio sobrepasado por la modernidad y deambuló durante una larga década por el desierto de la intrascendencia. Telecinco y Antena 3 le arrebataron el liderazgo a 'La Primera', y la cadena se vio relegada a una tercera posición con la que parecía haberse resignado.

Este 2023 las cosas han cambiado, aunque las estrategias para que los ciclos finalizaran ya hace tiempo que pusieron en marcha sus engranajes. Este verano TVE ha logrado la segunda plaza en el ranking de audiencias, y parece que no va a quedarse en una mera alegría estival. La cadena ha arrancado el curso un punto por encima de Telecinco, algo que tampoco es muy difícil teniendo en cuenta las miserias que atraviesa la empresa de Borja Prado, pero que supone un upgrade considerable para una canal que iba camino al olvido.

Y es que hay que decirlo, en la televisión pública se están haciendo las cosas bastante bien. Con toda la presión añadida que supone tener que rendir cuentas con el pueblo, la cadena ha sabido arriesgar e invertir en una programación con sello propio. Una oferta televisiva que combina sin sobresaltos el entretenimiento más nostálgico con formatos que rompen con los modelos establecidos.

Buenos tiempos para TVE: Raquel encuentra su sitio

El mejor ejemplo del actual modelo televisivo de TVE es 'El Conquistador', que llegaba esta semana a la parrilla para devolver la ilusión a los amantes de los realities que creían que ya lo han visto todo en el género. Un despliegue de medios nunca visto en un programa de televisión nacional, que mucho más allá que por su diseño de producción sorprende por un ritmo endiablado en el que nunca decae la trama.

Hartos de ver realities de supervivencia en los que nos venden que cada edición va a ser más dura que la anterior, y al final, lo más peliagudo que sufren es una diarrea de media tarde, se agradece un formato en el que el riesgo se traslada hasta el sofá de nuestra casa. De la misma forma que se agradece que el formato no se ciña a la misma mecánica en cada capítulo y nos sorprenda con sus normas de juego dando espacio a la incertidumbre.

'El Conquistador' transpira verdad hasta el punto que no se esconden los conflictos con la organización. Para ello es vital el papel que juegan Raquel Sánchez Silva y Julian Iantzi, con una implicación de principio a fin que contagia la épica del concurso al espectador. Sánchez Silva, en esta ambivalencia de presentadora y juez, está en el mejor registro de toda su carrera. No le hace falta convencernos con discursos impostados, la tensión que recorre su cuerpo, visible en su cara y su voz, es suficiente para inyectar adrenalina al show.

Las audiencias del concurso de momento acompañan, no en exceso, pero lo suficiente para los tiempos de consumo televisivo que vivimos. El martes marcaba un correcto 12,5% de share, un dato que lo situaba como segunda opción de la noche, pero que sobretodo posicionaba a la cadena dentro del universo televisivo más allá del público senior. Y es ahí dónde se mueve actualmente la cadena pública, respondiendo con solvencia la exigencia de las audiencias a la vez que incrementa su relevancia popular gracias a formatos que marcan tendencia. TVE ya no va a remolque, ahora es ella la que marca el paso.

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