Lo nunca visto: Lo que Alberto Chicote se ve forzado a hacer en ‘Pesadilla en la cocina’ es INÉDITO

El equipo de ‘Pesadilla en la cocina’ se veía obligado a cambiar de restaurante en plena grabación por lo que veía en el primer local

Alberto Chicote ha vivido una situación de lo más surrealista en la última entrega de ‘Pesadilla en la cocina‘. El chef tenía que cambiar de local en plena grabación a propuesta del dueño del primer restaurante. Sin duda, un programa histórico del que ya avisaba Chicote en sus redes sociales: «Os lo puedo garantizar. Esta es la pesadilla más dura de todas las ocho temporadas».

La visita del chef a Leña y Carbón había sido un absoluto caos por la actitud del dueño, pero la comida no dejaba de estar buena. Sin embargo, la sorpresa llegaba para Chicote cuando el dueño del restaurante le aseguraba que tenía más restaurantes a su cargo y que en el que estaban no era el que peor iba.

«Si este es el que va mejor, no quiero ni imaginarme cómo será el peor», sentenciaba en un primer momento Alberto Chicote, que no daba crédito al momento que estaba presenciando. Finalmente, el chef accedía y todo el equipo de ‘Pesadilla en la cocina’ trasladaba sus grabaciones de forma inédita a otro local.

Se trata de El Calamar, un restaurante dedicado a la freiduría de pescado y arroces de marisco. No obstante, no tenía nada que ver a lo que se esperaba Alberto Chicote, que hasta se encontraba al mismo personal que en el restaurante anterior. «Sí, es que los voy rotando para que no se acostumbren al mismo sitio», se justificaba el dueño. No obstante, tenía en su contra a los trabajadores, que aseguraban que era un método «caótico y con malos resultados».

Alberto Chicote, después de analizar el segundo local tuvo que saber en cuál quería el dueño ayuda. Chema prefirió que el equipo se trasladase a este segundo y realizar en él todo el trabajo de transformación y análisis del servicio. «Lo veo perfecto. Todos los negocios tienen una racha mala y otra menos mala, pero El Calamar es que está directamente en el suelo», garantizaba el dueño justificando su decisión.