Crítica 'Resident Evil': La serie de Netflix se olvida de los videojuegos y naufraga como historia de terror

Crítica 'Resident Evil': La serie de Netflix se olvida de los videojuegos y naufraga como historia de terror

Resident Evil
Netflix

Netflix ha estrenado este jueves 14 de julio la primera serie en imagen real de 'Resident Evil', una adaptación que se queda a medio camino en todo lo que propone

'Resident Evil' es, probablemente, una de las sagas de videojuegos más famosas de la historia. Todos pasamos momentos de auténtico terror jugando a su historia cuando salieron los dos primeros juegos para Playstation. Puso de moda los zombies (y, aún a día de hoy, su legado sigue vigente) y ese tipo de experiencias claustrofóbicas terroríficas que tanto se han explotan en el mundo del videojuego. A 'Resident Evil' le debemos mucho. Sobre todo si te gustan los zombies. Y la serie de 'Resident Evil' trata de darnos algo nuevo, aunque no siempre le sale bien.

Tras la explosión de fama de los videojuegos, llegó la adaptación al cine. Sí, la infame saga de películas protagonizada por Milla Jovovich tiene un punto de partida. 'Resident Evil', la película de 2002, fue un éxito de taquilla y propició una saga risible pero muy taquillera. Eso sí, muy alejada de la historia original. Algo que también ocurre en la serie 'Resident Evil' que acaba de estrenar Netflix.

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Ausencia absoluta de terror

La serie de 'Resident Evil' arranca casi tres décadas después del descubrimiento del virus T, y cómo un brote revela los oscuros secretos de Umbrella Corporation. En la primera línea de tiempo, las hermanas de catorce años Jade y Billie Wesker se mudan a New Raccoon City. Una ciudad corporativa fabricada, que se les impuso en plena adolescencia. Pero cuanto más tiempo pasan allí, más se dan cuenta de que la ciudad es más de lo que parece y que su padre puede estar ocultando oscuros secretos. Secretos que podrían destruir el mundo.

En la segunda línea de tiempo seguimos a Jade varios años después, siendo una de las supervivientes del apocalipsis zombie que ha arrasado el mundo, y cómo se encarga de estudiar todo lo que ocurre alrededor de estas nuevas criaturas.

'Resident Evil' siempre se ha caracterizado, sobre todo desde sus comienzos, por centrar sus historias en un terror agobiante y claustrofóbico. Sí, aunque todo se ha ido haciendo cada vez más y más grande, el miedo siempre te embarga cuando te sumerges en sus juegos. Incluso en la primera entrega de Milla Jovovich se podía apreciar ese componente de terror. O en el más reciente reboot 'Bienvenidos a Racoon City'. Pero en la serie 'Resident Evil' de Netflix, ese terror brilla por su ausencia salvo un par de momentos muy puntuales.

Hay algunos sustos, por supuesto, y la serie tiene un gran catálogo de monstruos que pueden hacer las delicias de los primeros que se acerquen a esta historia. Pero su CGI, a veces más parecido a una película de serie Z de 'The Asylum' que a una producción de Netflix, te saca por completo durante muchos momentos de la historia.

Muy pocas referencias

Pero no solo hay falta de terror, sino también de referencias al material original. Salvo la maldad de la Corporación Umbrella y el virus T, hay muy poco más que haga referencia a la saga de videojuegos o incluso a la de películas. Los zombis tienen un diseño que intenta ser un poco más realista y los enormes monstruos como la larva gigante del primer episodio dan un toque diferente.

El problema es que hemos visto muchas historias de zombies. Sobre todo en Netflix, como la genial 'Estamos muertos', la serie coreana basada en el Webtoon homónimo. Y todo funciona mucho mejor en cualquier otra serie. Aquí todo se queda a medio gas. No aporta nada nuevo ni al género de zombies ni a la saga madre.

Drama adolescente

Sí es un acierto que haya dos líneas temporales. Nos ayuda desde el principio a ir conociendo mejor todas las ramificaciones de la historia, aunque quizá haya demasiado relleno, sobre todo en la línea temporal del pasado. Todo el drama adolescente aporta más bien poco a la historia, aunque se agradece el esfuerzo por ofrecer algo diferente a la saga.

La maldad de las grandes corporaciones y cómo su ansia por ganar dinero acaba en apocalipsis está presente. Y esa lectura es una de las cosas que más interesante hace la serie de 'Resident Evil', pero continuamente se queda a medio camino de todos los puntos que plantea, dando una sensación de estar hecha a medio gas. O más bien, con la vista puesta en siguientes temporadas. Eso sí, el final del primer episodio tiene un giro interesante para explotar mucho más la relación entre los protagonistas y que da pie a quizá la parte más interesante de la serie. Solo diremos que tiene que ver con un perrito con muy malas pulgas.

Ella Balinska, que interpreta a Jade Wesker, es una de las actrices más interesantes de la serie. La conocimos en la película de 'Los Ángeles de Charlie', y ella es uno de los pilares fundamentales de 'Resident Evil'. Pero el que aporta seriedad y profesionalidad es Lance Reddick. Su Albert Wesker, tan diferente al de los videojuegos y al de la primera saga cinematográfica, da un giro interesante al personaje. Y el buen hacer de Reddick le dan un toque arriesgado e incluso empático al personaje. Sí, de vez en cuando muestra su maldad, pero por encima de todo trata de ser un buen padre y proteger a sus hijas continuamente.

En definitiva, la serie de 'Resident Evil' para Netflix es una buena serie de intriga, pero que se pierde muchas veces en lo que quiere contar, sobre todo por alargar tramas innecesarias, o por giros de guión absurdos y surrealistas. Eso sí, si eres fan de los videojuegos, será mejor que permanezcas alejado, porque no solo no vas a encontrar casi nada reconocible, sino que te va a frustrar continuamente por ver la oportunidad perdida.

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