La agencia de Jorge Martín niega la exclusividad con 'El Hormiguero' y revela la intención de visitar antes 'La Revuelta'  

El alto y claro comunicado de 'La Revuelta' y Jorge Martín que aclara lo sucedido con 'El Hormiguero'

Aterriza en nuestra portada y entérate de todo

Ir a portada

El histórico tongo de 'Supervivientes': ¿Error inconsciente o interés encubierto?

El histórico tongo de 'Supervivientes': ¿Error inconsciente o interés encubierto?

La quinta gala de 'Supervivientes 2021' perpetró con su "tongo" ese manido postulado de 'hablen bien o hablen mal, lo importante es que se hable'.

'Supervivientes' jugó en el filo de la navaja más que nunca durante la prueba de líder que disputaron Melyssa y Olga Moreno este jueves. Lo que debería haber sido un chute de reality de supervivencia en estado puro, eso que tanto se añora y viene siendo así desde hace mucho tiempo, derivó en acusaciones de tongo que supusieron que en numerosos hogares no pocos tuvieran la tentación de coger el mando y apagar la televisión ipso facto.

Lo que se pudo ver en la quinta gala fue lo más escandaloso y descarado habido y por haber. A veces estos juegos tan decisivos que, para bien o para mal, escriben el devenir de los participantes en Honduras, se convierten en un arma de doble filo, en una trampa peligrosa para el programa. No es la primera vez que la sombra del amaño se ha cernido sobre el espacio de aventuras. Pero eso sí, no siempre de la guisa en la que anoche se sucedieron los acontecimientos.

Lo que está claro es que no quedó claro, permítase la redundancia, si fue por un error inconsciente de la organización que no se supo gestionar, por un interés subrepticio por que Olga se proclamara ganadora del duelo o por unas ganas -de todo punto incomprensibles- de sembrar la polémica y perpetrar ese manido postulado de 'hablen bien o mal, lo importante es que se hable'. Tal vez sea incluso una suma de todas a la vez y el resultado: un clamor popular imparable y atronador.

Pocas veces se había asistido a un caso en el que las normas, bien precisas desde el inicio o eso al menos trataban de transmitirnos, se infringieran de una manera tan supina y sin el menor atisbo de honestidad, pudor y respeto para con la audiencia y para con el resto de concursantes, impávidos ante semejante desfachatez. Y de Melyssa, la verdadera damnificada, ni hablamos.

Los astros del Pirata Morgan parecían estar perfectamente alineados y tuvieron un gran golpe de suerte con que fuera Melyssa la que ocupara esa posición de fragilidad y desamparo. Probablemente si llega a ser otro u otra el concursante perdedor, perdón, el injusto perdedor, harina de otro costal sería. Desde luego, no lo hubiera pasado por alto y, por supuesto, se habría rebelado con todo el derecho y razón.

Lara Álvarez concentró muchas, muchísimas, de las críticas que avasallaron al formato y que deslucieron uno de los instantes más esperados. Que agrada o agradaba mucho ver hasta que se ha convertido en un dislate capaz de inyectarte unos niveles de crispación insospechados. La presentadora desde el Caribe fue la que dictó las reglas haciendo hincapié en que no se podía tocar el agua bajo ningún concepto -ni siquiera rozar con los pies- y mucho menos utilizar la barra central de la noria salvaje como elemento de sujeción.

Pues bien, no era difícil de entender, pero todo eso que no se debía hacer, y que se traducía en la descalificación y eliminación inmediata, lo hizo Olga de la forma más flagrante mientras la dirección… La dirección ni estaba ni se le esperaba. Y no hay mayor prueba de ello que el momento en el que Lara, incapaz de sostener ya ese despropósito ni tapar las trampas ante millones de espectadores, pregunta en plena acción al director: "qué hacemos con Olga". La respuesta no la sabemos, pero no debieron preocuparse entonces por el tsunami que se originaba si aquello se daba por válido como así fue.

Pero ante tanto ruido social, ante tantos anunciando el apagón y ante otros muchos vociferando que no van a volver a sintonizar el programa de Telecinco, un poco de sosiego. No nos engañemos. No seamos hipócritas. Y seamos sinceros: esto que se vivió no hace más que insuflarle una dosis de morbo y expectación de la que 'Supervivientes' andaba huérfana en estas primeras semanas de concurso. Y los lectores de este artículo, posiblemente invadidos todavía por la impotencia y la frustración, en el fondo saben que el próximo jueves volverán a estar rendidos y expectantes ante 'Supervivientes' para ver con qué nos sorprenden como si fuéramos ignorantes.

Sigue toda la información de El Televisero desde Facebook, X o Instagram

Salir de la versión móvil