Andrea Duro, Francesco Arca, Daniel Grao y Blanca Portillo protagonizan esta nueva serie de TVE.
La 1 ha estrenado este lunes 'Promesas de arena', su nueva apuesta de ficción para las próximas seis semanas. La ficción romántica llega para sustituir a la oscura 'Malaka'; y lo hace para trasladarnos a Libia en pleno conflicto bélico en el que viviremos la historia de amor de una mujer de Occidente y un hombre de Oriente.
Es una historia basada en la novela homónima de Laura Garzón, que televisivamente no ofrece gran novedad pues es algo que ya hemos visto en otras ficciones del pasado como 'Un burka por amor' o 'El príncipe'; y que también recuerda a otras como 'El tiempo entre costuras' o 'Los nuestros'. Sin embargo, es una serie que logra atrapar al espectador desde el principio y que cumple su objetivo: entretener.
El trabajo de los cooperantes, la gran novedad
Lo que ofrece 'Promesas de arena' con diferencia a las ficciones anteriormente nombradas es que muestra el admirado y poco reconocido trabajo de los cooperantes en zonas bélicas. Por lo visto hasta ahora es un trabajo mostrado con gusto y con ganas de reconocer un trabajo pocas veces tratado. Sin embargo, parece que dicha trama se quedará en un lugar muy secundario e incluso terciario.
Y es que una vez más la historia de amor prevalecerá sobre otras tramas como la venta de armas o el tráfico de personas. Algo que muy posiblemente pueda ser mal visto cómo sucedió en su día con 'Los nuestros', por no mostrar realmente lo que sucede en sitios tan complicados como en el que está ambientada la serie. Pero apostar por una historia de amor siempre es sinónimo de éxito. Y otro de los puntos positivos está en Jaime (Marcel Borrás) por mostrar la homosexualidad en un país musulmán, algo poco tratado y que es de admirar.
Pese a que la serie producida por Atlantia Media cuenta con episodios de una duración en torno a los 60 minutos, el ritmo de la misma no se hace pesado y desde el inicio va rodado presentando poco a poco todas las tramas que vertebrarán los episodios y a los personajes que las protagonizan sin mucho relleno que te saque de la historia.
Sin duda, otro de los grandes aciertos de 'Promesas de arena' lo encontramos en su imagen y fotografía. Al haber sido rodada en Túnez, como si fuera Libia, hace que todo se vea mucho más real y el espectador se traslade al lugar con solo verlo. Da gusto ver una ficción rodada en escenarios naturales; y en este caso fuera de nuestras fronteras dando un paso más allá en TVE y alejándose de los chromas de otra de esas ficciones a las que recuerda.
La revelación de Francesco Arca y una Andrea Duro que merece mucho más
En cuanto al reparto nos encontramos con el primer papel protagonista de una Andrea Duro que cumple pero que se merece mucho más. Y es que por el momento, Lucía, la protagonista de la historia se queda a medio gas. Parece un personaje perdido y sin fuerza para un lugar tan crudo como la guerra de Libia. Le hace falta empaque. Habrá que esperar para ver si termina de explotar.
Sin duda la gran revelación de la serie la encontramos en Hayzam (Francesco Arca). El actor italiano da vida al personaje más ambiguo de toda la historia. Y es que desde el comienzo nos muestran una dualidad: su parte más oscura y cruda y otra parte más personal y sentimental que sin duda llaman la atención.
Y qué decir de Blanca Portillo y Daniel Grao, que una vez más destacan por su magistral interpretación. En el caso de la primera además también resulta muy interesante esa ambigüedad de agente del CNI y a la vez de una de las encargadas de la ONG.
Por su parte, Thais Blüme, Marcel Borrás, Jairo Sánchez y Somaya Taoufiki aportan también credibilidad a la historia. Y es que la primera parece que será la gran enemiga de Lucía mientras que Fathia se nos presenta como el gran apoyo que encontrará la protagonista. Algo que puede resultar muy interesante por el choque entre culturas.
En resumen, 'Promesas de arena' es una serie que no aporta novedad pero que viene a sumarse a la ficción de calidad de la que TVE no debe salirse para conseguir el éxito para el público y la crítica.
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