'Supervivientes 2016' | Gala 10: Un deluxe adelantado, la perdida de una diva y sombras de amaño

Esta semana pudimos disfrutar de la última gala de ‘Supervivientes’ que se emitiría los jueves, pues a partir de la próxima semana, el reality de aventuras pasará a la noche de los martes.

Dicha gala se saldó con la expulsión de la simpática Steisy, que recibió la visita de su hermana,  frente a Mila y Yola. No han tardado mucho en alzarse las voces en redes sociales para acusar al programa y la cadena de tongo, pues en todos lados se daba como clara expulsada a la colaboradora de Sálvame. Lo que parece que la gente no entiende después de tanto años de concursos, es que una cosa es lo que se ponga, opine y vote en Internet y otra muy distinta lo que realmente se vota con la realización de llamadas telefónicas y envío de SMS. Ojo, con esto no quiero defender el cada vez menos disimulado favoritismo del programa y del propio presentador a Ximénez, pero es que cada vez que todos los años es la misma cantinela con el amaño de votos. No señores, no hay trampa ni cartón, simplemente gente que se queja tras una red social que no cuesta un duro y no emite un voto válido para el programa.

Molestias aparte, una vez más Jorge se coronó como líder del grupo. Esto le valió para desempatar entre Suso y Carla, quedándose la canaria en la palestra por primera vez junto a Yola, la eterna nominada. Por otro lado, en la Casa del Árbol ahora mudada a Cayo Paloma, el corazón de la audiencia se rompió al ver como Yurena debía abandonar el concurso definitivamente. La creadora y emisora de los Yurebesos, dio las gracias al programa y recibió los halagos del presentador por el magnífico concurso que nos ha regalado. Dejaba así la nueva localización mientras observaba como Steisy y Paco se abrazaban y continuaban el idilio que tenían pendiente.

Por otro lado, algo se tambaleaba. Y no me refiero a la Unión Europea por el resultado del referendum inglés, no, sino a Cantora. Dulce llegaba a plató donde fue sometida a un interrogatorio sobre la finca más famosa de España y sus entresijos, que supo superar de manera elegante (rozando lo aburrido a veces)  pero sin dejarse varias cosas atrás como dijo que había hecho en la isla. Ahora sí, tendremos Dulce para rato.