OPINIÓN | Cámbiame, si quieres

Telecinco se ha vestido con sus atuendos más glamourosos. ¿El motivo? El estreno más fashion de la nueva temporada veraniega, Cámbiame. Claro, con ese imperativo muchos han hecho caso al segundo de su emisión. Mediaset ha ido a lo grande, a doble canal, por Telecinco y Divinity. Quedan atrás las «guarrindongadas» de Robin Food para dar paso a la purpurina, las fanfarrias y el glamour.

Marta Torné, al más puro estilo Avon, daba la bienvenida a los espectadores. Acto seguido, Soraya, ataviada con un vestido de papel de regalo, que bien necesitaba un Cámbiame, abría el espacio con el tema «Todos me miran» de Gloria Trevi. La cantante, al más puro estilo Chayo Mohedano, busca en sus profundidades vocales, en riguroso play-back, acompañada de una coreografía con bailarines, secador en mano, vintages, para los despistados que no supiesen que aquello iba de estilismos, peluquerías y maquillajes. Una vez terminado el numerito, aparecía Marta Torné. La conductora del espacio. Con un papel, por desgracia, casi testimonial. De apertura y cierre. Su frescura debería estar más presente.

La mecánica es sencilla. La voz cantante la llevan los tres coaches (Pelayo Díaz, Cristina Rodríguez, Natalia Ferviú). Sentados en un sillón, frente a una pasarela por la que el participante va mostrando sus tristezas, lágrima en ojo. Si la historia, y el físico del sujeto en cuestión no les convence pulsan el botón. Para que se produzca el cambio, el participante tiene que llegar al final de la pasarela con, al menos, un coach activo. Pero aun así, puede darse que los tres pulsen y el participante se vaya con el ánimo por las nubes con un poquito de gloss, unos tacones, y un ejercicio rápido de aumento de autoestima.

En Twitter pocos comentarios. Casi ha pasado desapercibido. Mañana las audiencias hablarán. Pero los pocos que se han pronunciado lo han castigado con firmeza.

He de confesarme. Creía que todo iba a ser hortera, cutre y difícil de digerir. Pero no ha sido tan desagradable. Entiéndaseme que no estamos viendo Redes, pero el programa en cuestión cumple sus pretensiones. Entretiene, engancha y quieres saber cuál será el cambio definitivo. El programa ofrece poca novedad, pero para cuarenta minutos que dura tampoco nos vamos a poner tiquismiquis. ¿Quién sabe? Quizá el espacio comienza a funcionar y se come tiempo del perseguido Mujeres y hombres y viceversa. O a lo mejor es un fracaso y acaba en Divinity engrosando la programación de espacios similares. Con el espectador nunca se sabe. Ahora, sois vosotros quienes decidís. Pero tenéis que asistir a su visionado libres de prejuicios, porque la televisión, como la vida, hay que verla libre de prejuicios para poder disfrutarla.

Audiencias


Al menos el primer programa ha ido bien. Ha superado en cinco puntos a su antecesor, Robin Food. Mientras el espacio de cocina se despidió con apenas un millón de espectadores (8,7% share), el programa conducido por Marta Torné le ha sumado 600 mil espectadores (13,8% share). El nuevo programa chic de Mediaset se ha impuesto, incluso, a Los Simpsons. La frescura, agilidad, y colorido del espacio ha logrado, en su primera entrega concitar a un número considerable de espectadores que asistieron movidos por el estreno. Falta saber si fue cosa de un día o va ir para largo.

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