Candela Peña aclara sus sonadas (y polémicas) palabras sobre la serie de ‘El Caso Asunta’

Hablamos con los protagonistas de 'El Caso Asunta' Candela Peña y Tristán Ulloa, sobre la serie que Netflix estrena el próximo viernes y que relata el trágico suceso de Galicia.

Candela Peña y Tristán Ulloa, protagonistas de 'El Caso Asunta'

Este próximo viernes 26 de abril Netflix estrena la esperadísima serie ‘El Caso Asunta’, una historia que narra el trágico suceso de Asunta Basterra en Galicia en 2013, cuando Rosario Porto y Alfonso Basterra mataron a su hija de 12 años. Un hecho que conmocionó a España entera y tuvo una repercusión mediática sin precedentes, después de que se fueran descubriendo los motivos y razones que motivaron el asesinato.

Este arriesgado proyecto, producido por Bambú Producciones (‘Fariña’, ‘Velvet’, ‘La Promesa’…), está protagonizado por la actriz Candela Peña y el actor Tristán Ulloa, que se meten en la piel de los padres de Asunta Basterra. ¿Han tenido dilemas morales a la hora de aceptar el papel? ¿Se busca hacer justicia a la muerte de Asunta a través de esta ficción? ¿Qué responde Candela Peña ante las críticas por sus palabras en ‘La Resistencia’, donde confesó que no iba a ver la serie por lo ocurrido al ver una escena montada? ¡Hablamos en exclusiva con los protagonistas!

ENTREVISTA A CANDELA PEÑA Y TRISTÁN ULLOA

Llega el caso a Asunta a Netflix, una serie muy arriesgada y a la que vosotros ponéis cara. ¿Qué ha sido lo más difícil para vosotros a la hora de aceptar este proyecto?

Candela Peña: Soportar a Tristán, porque es un hombre muy complicado (risas). Es una estrella, es una diva. Lo mejor, esto. Y también lo mejor, las ganas de que llegue el 26 de abril y la gente vea que nos hemos dejado la piel. Son personajes súper duros, que ahora nos ves con estas risas, pero porque también queremos quitarle un poquito de hierro. Son personajes de esos que, como actores, o sea, matas por hacer, pero luego hay que hacerlos. Y acaba de decir Tristán una cosa preciosa, que es que no en todos los momentos de la vida, ni no todas las personas en todos los momentos están dispuestas a esto, porque son trabajos que cuando estás tú dentro dices no estuviera yo en una comedia.

Os estoy viendo así ahora y es que hasta me cuesta reconocer a los personajes. ¿Cómo ha sido el tema de la caracterización?

Tristán Ulloa: Hemos tenido un equipazo alrededor fantástico en todas las facetas, vestuario, pelos, maquillaje. No ha habido nada al azar. Está todo muy estudiado. Realmente, nuestro trabajo era meternos dentro de la carcasa que ya estaba hecha. Entonces, de repente, habitar esa carcasa nos tocaba, que no era nada fácil, pero ya había un trabajo hecho. Cuando la veía caracterizada de Rosario, era como decir… vamos a ver.

Candela: «No vas a ligar en la vida, Candela», decía, «No vas a ligar en la vida con esto». María León, qué cachondeo tenía con eso. Pero sí que es verdad que nosotros, o sea, el encuadre, vernos ya con esa peluca…. Pero decirte que hay cosas del equipo técnico que la gente no sabe. Por ejemplo, el dossier de vestuario que hizo nuestra amiga chilena, Ivonne. Yo siempre digo Chile porque siempre pienso que Pablo Larraín me va a oír, por eso lo digo, todo insisto mucho en lo de Chile. Hizo un dossier donde tú entendías un poco más, o sea, cada trabajo de cada equipo nos hacía dar un paso y entender más, porque el vestuario de estas dos personas era tan particular como sus cabezas.

De hecho, hay mucha lluvia allí y este hombre (Alfonso Basterra), llevaba mucha bermuda y crocs de plástico que con la lluvia los pies se te van. Esta señora enterró a su hija con chanclas en un sitio de muchísimo frío. O sea, mucho abrigo de piel arriba y chanclas de meter el dedo abajo. O sea, tuvimos que quitar cosas de vestuario porque parecía un chiste. Hubo una escena que ella llevaba un abrigo, había tenido frío y se había puesto un echarpe y los patucos, para no contaminar las pistas, y los patucos me los quitaron porque era la peluca, el abrigo… Parecía un árbol de Navidad.

¿Os pasaba que al caracterizaros sentíais sensaciones extrañas por lo turbio de los personajes?

Tristán: Sí, sí, sí. De hecho, en cuanto Jorge, el maquillador, hacía una técnica de maquillaje como muy teatral, que es con un lápiz haciendote rasgos… De hecho, siempre se usan prótesis, pero descartamos las prótesis, porque es verdad que había cosas que se podían haber acentuado con prótesis, pero nos parecía como todo muy farragoso, muy incómodo, y fuimos a algo más fácil, más sencillo de hacer y, de repente, con dos cositas, un gesto, una gestualidad y las gafas, ya estaba.

Candela: Y luego, el primer día, por ejemplo, cuando ya nos vimos uno al otro, yo recuerdo el primer día la peluca y antes de que saliera la primera palabra de Rosario, que a mí me daba mucho miedo porque tengo una voz y un acento completamente opuestos a ella. Yo me acuerdo que me vi allí ya en Montouto con Tristán y tal, y yo es que luego deduje que era miedo, pero empecé a vomitar, a vomitar, que Tristán ya se hizo cargo de mí, o sea, de poner en la frente la mano, porque yo iba vomitando por las esquinas, pensando que nadie me veía y que lo podía disimular. Así que Tristán vino y me dijo «Pero por favor, tío, llamemos a un médico». Y siempre decíamos que sí, que fue algo que había que vaciar para volver a llenar.

Tristán: Fue el pistoletazo. Fue el «vomitazo» de salida (risas).

Cuando os llegó el papel, ¿tuvisteis algún debate moral a la hora de aceptarlo?

Tristán: No, no, moral no. Vamos a ver, moral no. Uno tiene que calibrar en qué momento personal está para afrontar determinados proyectos. Este es uno de ellos, que no se puede tomar a la ligera. Hay momentos en los que dices, bueno, de cabeza, a una cosa de estas, que yo creo que fue un poco lo que le pasó a Candela. Y yo estaba en otro momento que, a lo mejor, más frágil y que tuve que asegurarme mucho de ciertas cosas, pero realmente no me podía negar a hacer esto, porque me parecería una falta de respeto a la profesión, entre otras cosas, porque no están las cosas como para decir que no, por un lado, y segundo, era un lujo lo que tenía delante, por la historia, por el personaje, por el reparto, la pedazo de compañera, el equipo con el que yo había trabajado ya en ‘Fariña’, por ejemplo, y los directores, todo. Todo, realmente, jugaba muy a favor. No me podía permitir decir que no.

Candela: A mí me ofrecen otro que me gustó muchísimo, pero pregunté y cuando me dijeron que no había nadie para Rosario, yo ya vi un poco de luz, dije pues yo puedo ser una opción, ojalá me contemplen como opción y tal. Entonces, agradezco infinito que el productor me dejara hacer una prueba. Hice una prueba y bueno, luego sí que aparecieron los miedos y el vértigo, pero yo puse tanto deseo en quiero el papel, que cuando me dieron el papel, entonces entré en el otro bucle, que era ¿para qué me meto yo en esto? ¿Pero por qué, Candela? Y también entenderme a mí misma, porque yo soy una persona muy impulsiva. Entonces, me pasó luego de por qué me he ofrecido yo para esto. O sea, ¿qué necesidad, si yo la Guardia Civil hubiera estado de maravilla. Fue como también pruebas que te pones a ti misma, a ver si la consigo. Y cuando la conseguí, a alguien tan lejano, o que la gente puede juzgar que está muy lejano a mí. Y luego, no sé, fue chulo ya conseguirlo y luego empezar otro debate.

Tristán: Es curioso que uno se mete en esto por pasión y porque te gusta y para que te den proyectos como este, pero luego tenemos mucho miedo de hacerlo, ¿sabes? Pero esto es lo que da sentido a este trabajo, salir de tu zona de confort.

Te tengo que preguntar, Candela, porque ha habido revuelo por tus palabras en ‘La Resistencia’, cuando dijiste que no querías ver la serie…

Candela: Era un chiste. O sea, yo esta serie no la he podido ver todavía, porque yo el 26 de abril, cuando se estrene, la veré con toda mi familia, porque para mí este proyecto ha sido donde más lejos he llegado como actriz.

Y yo lo que conté en ‘La Resistencia’ es que yo fui a doblar una escena y, claro, no soy una actriz que vaya al combo de rodaje a verse tras cada escena. Yo me he hecho seis capítulos haciendo el papel de esta mujer, que se tomaba diez orfidales al día y cuando vi esa escena no era lo que yo me había imaginado. Entonces, pensé ‘pues no la veas de momento, porque yo soy soñadora, ya la veré en su día’. Entonces dije eso en tono de broma, pero somos un equipo muy grande detrás y hay un productor que yo quiero que me vuelva a contratar. Si esto es lo mejor que yo he hecho en mi vida y estaba procurando que un mal titular no afectara a la serie, pero esto es un sueño, es lo mejor que me ha pasado en la vida.

Para vosotros, ¿esta serie busca hacer justicia, venganza, a lo mejor, a Asunta?

Tristán: No, yo creo que no. No se busca, no se pretende nada de eso. Y me parecería muy pretencioso querer eso. Yo creo que lo que mejor podemos hacer desde lo que nos toca a nosotros es hacer una propuesta o una reflexión. ¿Qué vamos a decir, que son culpables o inocentes? No nos toca a nosotros. Lo que sí nos puede tocar a nosotros es lanzar un guante de responsabilidad, de decir que cuando pasan estas cosas, ¿qué hacemos?, ¿cómo nos comportamos con esto? ¿Qué circos montamos alrededor de esto y de qué manera? ¿Y tenemos un estado de derecho infalible o es disfuncional? Pues yo creo que todo eso es interesante.

Candela: De hecho, Tristán se preocupaba mucho en que las escenas no fueran tampoco alevosas. Hemos tratado de estar limpios nosotros y, de hecho, es de primero de interpretación, no juzgar a los personajes. Y como ha dicho Tristán antes, que es precioso, que siempre todo personaje tiene derecho a un actor que lo defienda.

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