Este viernes 8 de noviembre, Netflix ha estrenado su nueva ficción española, 'Asalto al Banco Central'. Se trata de una miniserie de seis capítulos dirigida por Daniel Calparsoro y protagonizada por Miguel Herrán, María Pedraza y Hovik Keuchkerian, entre otros.
'Asalto al Banco Central' puede recordar a 'La casa de papel' al narrar un atraco y tener a tres de sus actores entre sus protagonistas. Pero poco tienen que ver la historia creada por Álex Pina y esta. Y es que en el caso de la miniserie de Calparsoro está ambientada en un caso real: el asalto al Banco Central de Barcelona en 1981, poco después del 23-F.
Lo que parecía un simple atraco se convirtió rápidamente en un incipiente democracia española pues los atracadores con El Rubio al frente pedían la liberación del Teniente Coronel Tejero si no querían que alguno de los 200 rehenes muriera.
En El Televisero hemos podido hablar con el director, Daniel Calparsoro, sobre cómo ha sido llevar a una miniserie esta historia con muchos cabos sueltos y que nunca se resolvió. Además él y Miguel Herrán ('La casa de papel') nos cuentan que El Rubio, el líder de la banda ha estado muy involucrado en el proyecto hasta el punto de que aparece en uno de los episodios.
Daniel, la serie está basada en un caso real, pero con muchas incógnitas y muchas teorías. ¿No sé cómo ha sido llevarlo a la práctica, a la ficción, y si había algún tipo de línea roja que tuvierais claro por aquí no, por aquí sí?
DANIEL - En realidad, la serie, básicamente, en cuanto a lo que es la peripecia de asalto al Banco Central, hemos centrado el tiro lo más que hemos podido, es decir, que nos hemos ceñido a la realidad de las acciones, nos hemos ceñido a lo que sucedió. Hemos hablado con el protagonista, que es J.J. Martínez, el número uno, interpretado brillantemente por Miguel. Y bueno, hasta cierto punto nunca sabes la versión que te da una persona, cuánto tiene o no de realidad, cuánto tiene o no de. Pero sí sabemos que todo lo que estamos contando sucedió y sucedió de esa forma. Otra cosa es la interpretación que le das.
En cuanto a lo que hemos ficcionado, ha sido un poco más el mundo del periodismo, para abrir un poco más la situación y hacer un retrato de la España de aquella época, de aquel momento específico. Y al final todo esto hace que Asalto al Banco Central sea un testimonio de esa época, pero sea también una serie muy entretenida, creo que muy enganchante y donde al final los personajes te acaban cautivando. Sobre todo el número uno. Me parece que es un trabajo que era muy difícil decir que no.
MIGUEL - También te voy a decir una cosa. No lo comentamos en ningún momento, pero el otro día lo hablé con alguien y está muy bien reflejado también cómo era el periodismo de aquella época, porque no tiene nada que ver con lo de ahora. Ahora sale una noticia, un chaval de 15 años de repente dice Oye, pues ha pasado esto y nadie investiga, simplemente lo dice y esa noticia como que empieza a volar por todos lados. Todos tenemos ahora mismo un dispositivo en la mano en el cual podemos informar o desinformar sin tener ni idea. Y ahí está muy bien retratado porque de verdad que hay fuentes, el periodismo era de otra manera, te tenías que meter en el barro, tenías que buscarte la vida, tenías que pelear con tus jefes, tenías que buscar cada noticia. Y eso creo que también está muy bien reflejado y no lo hemos comentado.
DANIEL - Y además eso es lo que nos ayuda, no solamente. Bueno, hay que decir también que el guionista estudió periodismo. Entonces, también era una cosa que cuando yo saqué el tema y le dije Oye, ¿por qué no metemos aquí un mundo periodístico para abrir un poco y salir un poco de lo que es el banco, es cierto que él sí tenía esa experiencia y eso nos ayuda a hacer que la serie crezca, que sea una historia más grande.
Tú en tu caso, Miguel, ¿cómo ha sido meterte en la piel del Rubio. Entiendo que no conocías la historia, pero no sé si cuando te llegó el proyecto dijiste 'voy a informarme, ver quién era.' Y no sé si tú, en tu caso, ¿pudiste hablar con él, porque como ha dicho Daniel, que hablaron con él, no sé si tú en algún momento, antes o después, has podido hablar con él?
MIGUEL - Yo sí, yo he tenido el lujo de poder no solo hablar con él, sino de invitarle a una cerveza y poder tomármela con él al terminar el rodaje. Pero le conocí dos días antes, yo creo, de terminar, porque también es algo que yo siempre he hablado con Daniel de los dos proyectos que hemos hecho juntos, que los dos están basados en personas reales vivas, que es más interesante para nosotros como personas que nos dedicamos a crear un mundo basado en la realidad, pero ficticio, al fin y al cabo, hacer nuestro propio trabajo.
Al final mi trabajo no es copiar a una persona. Mi trabajo es crear un personaje. Entonces, sí he tenido el gusto de conocerle. Ha sido, de verdad, una experiencia muy bonita, inolvidable. Además, sale en uno de los capítulos, sentado detrás mío. No diré dónde porque sería hacer un spoiler, pero sale. E interpretarlo ha sido un verdadero lujo, de verdad. Creo que es de los personajes que he podido hacer a lo largo de mi carrera más maduros. No tiene una debilidad como tal al uso que le domine como personaje, sino que tiene muy claro qué es lo que quiere hacer, por qué lo hace, cómo lo hace.
Y luego es muy divertido, tanto rodar con Daniel como rodar con todos los compañeros con los que he rodado, que tampoco los hemos comentado, como Juan José Ballesta, yo con ese hombre me he reído lo que no está escrito en el rodaje o con el Rukele o con otros tantos con los que hemos estado. Y un verdadero lujo, la verdad, rodar a esta persona, un verdadero lujo. Es un personaje muy disfrutón, muchísimo.
No hay duda de que mucha gente lo va a comparar con 'La casa de papel'. Tú vienes de haber hecho La casa de papel también como ladrón. ¿No sé qué diferencias crees tú que hay? Ya que las has vivido las dos de cara a la gente para decir 'Oye, que no es lo mismo. Aunque hay un atraco'...
MIGUEL - Me costaría mucho más encontrar similitudes que diferencias. La única similitud que te puedo decir que hay es que al final, oye, sí, hay un atraco, pero el resto es completamente diferente. Para empezar el asalto al Banco Central no estamos hablando de un atraco como tal, estamos hablando de una época, estamos hablando de una España, estamos hablando de un pedazo de historia, es una historia de verdad. Los personajes que salen allí no son aficionados. Sale nuestro antiguo presidente, el director del CSIC, salen un montón de personajes que son personas de verdad. Por lo tanto, no estamos ante una ficción, no estamos ante una historieta hecha única y exclusivamente para entretener, sino que estamos contando y poniendo en valor un pedazo de historia de España.
Y creo que eso es lo realmente interesante, o sea, que te coloca en una época, te coloca en un comienzo de una democracia, te coloca en la caída de una dictadura. Te coloca en una España en la que tú arrancabas un coche y no sabías si iba a explotar. Estamos hablando de una España donde había, como bien ha dicho Daniel en alguna ocasión, muchas ganas de libertad, muchas ganas de celebración y a su vez mucho miedo de que todo pudiera acabar en un momento. Era una España muy frágil, en pleno cambio, y creo que eso es lo realmente bonito. Y creo que lo diferencia total y absolutamente ya no solamente de esta serie en concreto sino de cualquier otra que haya podido hacer o incluso cualquier otra que hayamos podido ver en la que yo no esté. Creo que es una historia con carácter propio.
Hablando de lo político que tiene esta serie, ¿cómo creéis que lo va a tomar la gente que estuvo entonces y que sale medianamente en la serie? ¿Y si creéis que el caso de Manglano, por ejemplo, que es el que sale, el hecho de que esté ahora tan de actualidad por el tema de los audios del rey, si creéis que eso va a ayudar a que la gente sepa qué personaje era y hasta qué punto pudo llegar a hacer determinadas cosas?
DANIEL - Yo creo que cuando te metes en un tema histórico y eres, digamos, fiel a lo que es la peripecia, lo que es la historia en sí, y retratas a personas que existieron y que todavía están con vida, no solamente Manglano, sino bastantes más. Al final, pues habrá gente que se lo tome mejor o peor, pero al final son historias del dominio público que nos han afectado a todos y que nosotros como creadores tenemos todo el derecho de poder utilizarlas y utilizarlas de una manera, o sea, transmitirlas más que utilizarlas, transmitirlas para que el público las pueda conocer.
En este caso, además, hay una cosa muy interesante. La serie retrata, como dice Miguel, un momento de España muy especial. Es una serie que se apoya en tres puntos fuertes. Yo creo que uno es el personaje del número uno, interpretado por Miguel, otro es la peripecia del asalto y todo lo que conlleva políticamente. Y otro es el mundo periodístico que combina la investigación para hacer un retrato de la España de aquella época, que curiosamente era una España donde se hablaba mucho de amnistía, donde se hablaba mucho de ultraderecha, donde se hablaba mucho de corrupción, donde se hablaba mucho de movernos hacia adelante y que nos lleva inevitablemente a pensar que los temas, los titulares, son demasiado parecidos a los que hay hoy en día y eso hace que la serie sea de rabiosa actualidad, con lo cual ya no se queda solamente en contar una historia que ocurrió en un momento dado, en una época, sino además hay un metalenguaje porque al final eso que estamos contando está sucediendo otra vez de otra manera, de alguna forma. Yo creo que eso hace que la serie gane un impulso muy potente como historia, como ficción y como un retrato de algo que sucedió realmente.
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