Carla Barber acompañó a su chico, Diego Matamoros, en la visita a su padre Kiko en el hospital y se mostró seria y molesta.
La profesionalidad de Carla Barber vuelve a ser cuestionada. Después de las múltiples críticas que recibió recientemente por el uso que hizo de los guantes de protección frente al coronavirus, ahora la doctora vuelve a estar en vuelta en la polémica. Y todo a raíz de los retoques que le hizo a su suegro, Kiko Matamoros.
El pasado sábado, en el 'Deluxe', el colaborador se convertía en Trending Topic por la cara con la que se presentó en el plató para la entrevista a Mila XIménez. "Esta tarde me he pinchado y no he podido ni maquillarme, no me ha dado tiempo", reconocía Kiko, explicando así la razón de su cara hinchada y sus moratones.
Enseguida, las críticas se dirigieron a Carla Barber por una aparente 'mala praxis'. Y es que, según muchos médicos estéticos, hubiera sido más recomendable llevar a cabo toda la transformación en varias sesiones.
La justificación de Carla Barber en Instagram
La novia de Diego Matamoros optó por guardar silencio y se limitó a compartir en su perfil de Instagram el antes y el después de su suegro tras pasar por sus manos. "El que es guapo es guapo, pero su pasa por Clínicas Carla Barber mejor. Aclaración: tras un tratamiento como este, la inflamación es normal durante 5-7 días".
Este lunes, Carla Barber acompañaba a su chico, a visitar a su padre al hospital, donde esa misma mañana había sido operado de la vesícula. La doctora estética llegaba con gesto muy serio y sin querer hacer declaraciones al respecto. Incluso el reportero de 'Sálvame', Omar Suárez, transmitía a sus compañeros el enfado de la nuera de Kiko Matamoros. "Me ha dicho 'venga, hasta luego', muy enfadada".
Al parecer a la exmodelo no le han hecho mucha gracia las críticas recibidas a su trabajo como doctora estética. Y ha preferido dar la callada por respuesta.
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