Notas de fin de curso en la temporada televisiva 2024-2025: del efecto Broncano al fenómeno Montoya

Al final del curso televisivo, Antena 3 reina con la aprobación de los jubilados, La 1 resurge con Broncano, y Telecinco tira de Montoya para salvar los muebles.

Cada año, por estas fechas, los niños terminan el cole y, con sus vacaciones, ponen fin al curso televisivo. Antes de que empiece la soporífera programación veraniega, es un buen momento para evaluar el rendimiento de las principales cadenas durante el curso 2024/2025.

Antena 3 sigue siendo la reina de las audiencias y consolida su posición como la más vista en España. La principal cadena de Atresmedia ha logrado el equilibrio perfecto entre los concursos familiares, los informativos y el ego desbordante de Pablo Motos. Una mezcla de contenidos que hace las delicias de los jubilados de media España, quienes han encontrado en Antena 3 un spa cinco estrellas para conservadores.

Con el progresivo envejecimiento del público televisivo, Antena 3 ha configurado la parrilla ideal para quedarse con el pastel global. La cosa es sencilla: en pleno 2025, si dominas la cuota de mayores de 65 años, tienes ganado el cielo televisivo de las audiencias. Sin embargo, la cadena se resiente por las noches con la llegada de La Revuelta, que, si bien no le ha quitado el trono a El Hormiguero, sí ha perjudicado a los formatos que se emiten a continuación. La pauta publicitaria y los horarios para proteger a las hormigas imposibilitan que nadie brille después de Motos. A partir de las 11 de la noche, el público huye de Antena 3 y actualmente ningún programa alcanza el 12% de share.

Entre notables, aprobados y algún que otro suspenso en el cierre del curso televisivo

La 1 es ese alumno que, después de mucho tiempo currándoselo, empieza a recoger sus frutos. El fichaje de Broncano es, innegablemente, uno de los aciertos de la temporada: una apuesta valiente que ha reconciliado al ente público con la audiencia más joven. No solo la llegada de La Revuelta ha llenado de alegría las noches de RTVE, sino que se puede decir que este año La 1 es la cadena a la que más estrenos le han funcionado en prime time: The Floor, Futuro Imperfecto o el Late Xou con Marc Giró.

En lo que respecta a la programación diaria, La 1 ha logrado lo imposible: situar sus programas matinales como referentes informativos. Se agradece que un ente público mantenga la objetividad y se aleje de prácticas torticeras al más puro estilo Telemadrid. Con toda la indecencia que se está destapando en el seno del PSOE estos días, es de agradecer que la televisión que pagamos todos no esconda este escándalo en el partido del Gobierno.

Telecinco es ese alumno descarriado que iba camino del suspenso absoluto y que, a final de curso, ha cogido un poco de aire. Las aspiraciones de televisión blanca y familiar han caído en saco roto, y el principal canal de Mediaset encuentra en la esencia de su pasado sus mayores bazas.

Pese a la deriva de sus audiencias, la cadena ha descubierto en Montoya el mejor bote salvavidas para recuperarse de la travesía por el desierto que venía transitando desde el fin de Sálvame. Montoya —y la valentía de empezar el prime time a las 10 de la noche— han posibilitado que Telecinco posicionara a dos de sus realities como fenómenos sociales: La isla de las tentaciones y Supervivientes. Para trascender hay que arriesgar, y ellos lo han conseguido al programar sus grandes formatos en el horario de mayor consumo televisivo.

Otra cosa es ya el fin de semana. Si bien la programación diaria de lunes a viernes ha logrado cierta mejoría, la oferta del sábado y el domingo no hay por dónde cogerla. Con ello nos referimos al tándem Socialité y Fiesta, que languidecen en la parrilla, sumidos en la más absoluta intrascendencia. El primero ha perdido toda su acidez, y el segundo es un batiburrillo de contenidos inconexos que van desde vídeos de perritos pequineses hasta remedios caseros para prevenir los juanetes. Hace falta un buen golpe de timón para los findes de Telecinco.

Y por último, las decepciones de este curso: La Sexta y Cuatro. Son un poco como Podemos y Ciudadanos, que parecía que iban a comerse el mundo y ahí están: una recurriendo a esparcidores de bulos y la otra siendo mucho menos transgresora de lo que fue en su día. La Sexta, si bien mantiene cierto vigor periodístico, ha perdido gran parte de su capacidad para generar impacto, mientras que en Cuatro el viraje ideológico hacia la ignorancia ha posicionado a Iker Jiménez y Nacho Abad como líderes de opinión de la cadena. Cuatro es el exilio televisivo de los youtubers andorranos, un esperpento solo apto para terraplanistas.

Como soy mayor y ya no controlo las puntuaciones de la chavalada, me ciño a las notas de Física o Química: notable con toque de atención para Antena 3, un bien para La 1, aprobado para Telecinco y dos necesita mejorar para Cuatro y La Sexta. Y hasta aquí las notas de este curso; veremos qué nos depara la programación veraniega, que, como es habitual, no augura nada bueno.

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