Los reinados televisivos son cada vez más inconsistentes. Ya no hay reyes ni reinas de las franjas, simplemente hombres y mujeres que presentan programas que lideran las audiencias de forma intermitente. Los hábitos de consumo actuales, más propicios al picoteo que a las relaciones a largo plazo, favorecen los liderazgos breves e inconsistentes.
En septiembre todos caímos rendidos a los encantos de 'La Revuelta'. Un formato que rompía los corsés imperantes en el show televisivo del siglo XXI con una propuesta austera en la forma pero tremendamente efectiva. Broncano nos sedujo con un humor capaz de interpelar a distintas generaciones, encontrando el término medio entre lo chusco y lo demasiado elevado. Sin parecerse a nadie, el jienense logró lo más complicado: establecer unos códigos propios entre el programa y su audiencia.
'La Revuelta' no solo se hizo un hueco en la franja, sino que consiguió desbancar del trono al todopoderoso Pablo Motos. Lo que parecía imposible, que alguien le tosiera a 'El Hormiguero', se produjo para sorpresa de todos a los pocos días de estrenarse el programa. Una rivalidad nunca vista hasta la fecha, que hacía presagiar un cambio de ciclo en la codiciada franja de las diez a las once de la noche.
Pero el curso televisivo dio un vuelco al volver de las fiestas. Si en el arranque de temporada Broncano batallaba por el liderazgo de lunes a jueves, con la cuesta de enero el formato se fue desinflando hasta situarse algunas noches como tercera opción de la franja. Y eso no fue mérito de Motos ni demérito de Broncano, sino un efecto colateral de la valentía de Telecinco de adelantar su prime time a las diez de la noche.
La principal cadena de Mediaset dejó de reservar sus grandes apuestas hasta que terminaran los humoristas de las otras cadenas para competir frontalmente con ellos. Tras el estrepitoso fracaso de 'Babylon show', Telecinco en enero fue con todo. Y encontró en 'La isla de las tentaciones' su balón de oxígeno. Una jugada arriesgada, pero efectiva, que hizo que un programa que también hubiese rendido a altas horas de la noche se convirtiera en un fenómeno social gracias al volumen de espectadores que podían consumirlo a las 22:00 horas.
El folletín de Sandra Barneda tiene en el público joven a sus mejores clientes, con audiencias que superan el 30% de share; y este es uno de los feudos de los que se alimenta Broncano. La juventud se ha lanzado en masa a los brazos de Montoya, y con ello, han mermado el poder de 'La Revuelta'. No así el de Pablo Motos, que sustenta su liderazgo en un público mucho más senior y familiar.
Broncano, El Breve: El efímero reinado televisivo de 'La Revuelta' por culpa de Montoya

Así como 'La isla de las tentaciones' ha evolucionado en esta octava temporada, consiguiendo sorprender a una audiencia deseosa de giros de guion y miserias humanas, 'La Revuelta', en poco tiempo, ha quedado algo desfasada. En esta sociedad de la inmediatez, corrompida por la necesidad de estímulos constantes, el programa de La 1 lo ha tenido complicado en relación a los tentadores. Es jodido decir esto, pero da un poco igual si no ves a Broncano "en directo" porque ya nadie habla de él al día siguiente, si pasa algo interesante ya te lo contarán en Twitter.
No sé si huele demasiado a huevada, como dijo Lalachus en su momento, o a cerrado. Más allá de limitar la abundancia de testículos hay que ventilarlos un poco. Cada vez que conectas con el programa de Broncano tienes la sensación que llevan confinados en ese teatro desde el primer día, sin salir para airearse y cambiarse el traje. Perdido el efecto de la novedad, en la que todo nos parecía rompedor, ahora toca ir introduciendo nuevas ideas para refrescar el formato. La limitación del espacio y el acomodamiento en la estructura del guion han estancado el producto, quitándole la posibilidad de expandirse para generar nuevas narrativas que seduzcan a la audiencia.
Siendo justos, para 'La Revuelta' conseguir situarse como una opción competitiva en esa franja ya ha sido un logro. Pocos apostaban por su fichaje y han demostrado su rentabilidad con creces. El talento sigue ahí y todavía queda mucha guerra, pero no lo tendrá fácil Broncano con una Telecinco dispuesta a seguir exprimiendo el fenómeno de las tentaciones en 'Supervivientes' o dónde haga falta. Señoras y señores, no les digo nada que no sepan, pero hay Montoya para rato.
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