Carlota Corredera se moja implacable en la polémica de Rubiales y lanza esta firme petición

El beso no consentido de Luis Rubiales, el presidente de la Real Federación de España de Futbol, a la jugadora Jennifer Hermoso sigue dando mucho qué hablar. Como era de esperar, las redes se llenaban de críticas, puesto que en ningún momento la jugadora quería darle un beso al seleccionador como ella misma confesó una vez ya en el vestuario. Entre aquellas que se han mostrado muy críticas con Rubiales se encuentra Carlota Corredera.

Todo sucedía una vez la Selección Española Femenina de Fútbol se hacía con la victoria en el mundial. Cuando las jugadoras estaban recogiendo sus medallas y recibiendo la enhorabuena de todo el equipo técnico, la Reina y el presidente de la Real Federación de España de Futbol, este último cogía de la cabeza a la jugadora Jennifer Hermoso para darle un beso no consentido.

Tras la polémica originada, en una entrevista para la Cope, el máximo responsable del fútbol español manifestó en su defensa que se trató de un pico «entre dos amigos celebrando». «No estamos para gilipolleces, Juanma. Yo, con todo lo que he pasado, más gilipolleces y tontos del culo…», le decía al periodista deportivo Juanma Castaño.

«Es la mejor foto de su inaceptable machirulismo»

Este ataque a todos aquellos que han criticado su gesto de lo más machista y repulsivo ha hecho estallar a Carlota Corredera, que a través de sus redes sociales se ha pronunciado muy indignada por las formas del Presidente de la RFEF.

«Tonta no soy y usted está tardando en dimitir por besar en la boca sin su consentimiento a una campeonA del mundo«. Asimismo, hacía referencia a otro de los cuestionables comportamientos de Luis Rubiales: «El tocamiento de testículos en el palco de honor delante de la Reina y de millones de espectadores es la mejor foto de su inaceptable machirulismo».

Quien también se pronunciaba al respecto era la ministra de Igualdad, Irene Montero. «Es muy sencillo. Dos personas se besan si ambas quieren, si hay consentimiento. Solo sí es sí. Las violencias sexuales, especialmente las de menor intensidad, siguen estando invisibilizadas y normalizadas, pero hay que llamarlas por su nombre para poder acabar con ellas. No es solo machismo, abuso de poder o un acto sexista: es violencia sexual».