Griso no tolera lo que ocurre en una conexión y corta el directo: «¿Quieres que te acose más?»

Susanna Griso se ha enfrentado en directo en ‘Espejo Público’ a Óscar, un sacerdote acusado de presunto delito de abusos sexuales, y ha acabado cortándole.

A veces no es sencillo hacer determinadas entrevistas ni conexiones en directo. Y sino que se lo digan a Susanna Griso, que este viernes ha vivido unos minutos de mucha tensión en ‘Espejo Público‘ al conectar con Óscar, un sacerdote que ha sido acusado de un presunto delito de abusos sexuales a una mujer a la que acogió en su casa.

El sacerdote entraba en ‘Espejo Público’ para intentar defenderse de las acusaciones de la mujer. Sin embargo, sus contradicciones y algunos comentarios completamente hirientes hacían estallar a Susanna Griso y también a Lorena García; que no podían tolerar lo que salía por la boca de su invitado.

«Él, el sacerdote, lo ha negado ante el juez todo y hoy está en ‘Espejo Público’ porque quiere responder a las acusaciones de esta mujer», advertía de primeras Lorena García recalcando que según ella se había sentido «coaccionada» e «intimidada» por el cura.

Mientras la reportera de ‘Espejo Público’ trataba de preguntarle al sacerdote por lo que había dicho la mujer, él optaba por contestar lo que le parecía. Eso hacía que Susanna Griso tomara la palabra para intentar reconducir la conversación. «¿Usted niega haberla abrazado y besado, qué tiene que decir con respecto a esto?», le preguntaba Susanna.

El sacerdote se enzarza con Griso: «¿Puedo hablar?»

«Permítame, ¿puedo hablar? Tengo aquí un documento de varios folios que son intercambios de WhatsApp», le cortaba el sacerdote. «Déjeselo por favor a mi compañera Ana», le decía por su parte Susanna para que la reportera pudiera leer dichos mensajes. En ese momento, la reportera explicaba que no había ningún mensaje con contenido sexual. Algo que no convencía a Susanna que recordaba que «ayer había un WhatsApp que no formará parte de ese documento que daba que pensar».

Al escucharles, el cura insistía en defenderse. «Si yo tuviera intención de acosar a una señorita hago por que se quede, y cuando vi que la convivencia no era posible porque era muy exigente, muy dictadora, le dije que se fuera», aseveraba. «Párroco, perdóneme, ese argumento se cae por su propio peso, porque alguien que no tiene trabajo y que está en una situación de irregularidad no tiene capacidad de defenderse», le contradecía Susanna Griso.

«Su dignidad de mujer, es primero ¿no?, que su necesidad de vivienda», le replicaba él muy nervioso. «Pero, ¡qué me está diciendo! Y la dignidad de una persona a la que acoge en su casa y tiene que respetar, ¿Dónde está?», soltaba Susanna Griso completamente indignada ante lo que estaba escuchando. Por su parte, el cura le pedía que no le acusara y esperara a que el juez dicte sentencia.

«Debería revisar lo que está diciendo»

«Pero, padre, usted no me ha negado los tocamientos, los abrazos, los besos… me dice que no se acuerda de mandar el WhatsApp», le contestaba Susanna Griso harta de la actitud del párroco. Era entonces cuando el invitado iba más allá y soltaba un argumento que indignaba aún más a todos los presentes: «Ella se fue resentida y se está vengando».

Pese a la actitud de Óscar, Susanna Griso y Lorena García siguieron entrevistándole hasta que terminaban explotando por uno de sus comentarios. «El escrito está ahí: ‘padre, no me eche; padre, me quiero quedar'», justificaba el cura. «O sea si insiste en quedarse, ¿qué quieres, que te acose más?«, añadía. Un comentario que hacía que Susanna Griso se llevara las manos a la cabeza: «¡Oh!, Padre, debería usted revisar lo que está diciendo, le aconsejo que luego vea el programa. Y esta última frase, vuélvala a escuchar», concluía la presentadora.

Tras ver que no llegaban a ningún sitio, Susanna optaba por cortar la entrevista. «Lo tengo que dejar aquí. Queríamos darle la posibilidad de que se defendiera. No puedo dedicarle más tiempo a este tema», sostenía la presentadora mientras el programa optaba por pasar la imagen al plató sin dejar despedirse al sacerdote.