‘Sálvame’ sepulta la imagen de Kiko Hernández con una deshonrosa pillada que trae cola

‘Sálvame’ ha destapado que Kiko Hernández se quedó ropa de una tienda por valor de 3.600 euros a cambio de una colaboración.

En 13 años de programa, parecía que Kiko Hernández era un intocable en ‘Sálvame‘. Así, el colaborador contaba con la protección de la dirección y jamás se tocaba un tema relacionado con su vida a diferencia de lo que sucedía con el resto de colaboradores. Sin embargo, parece que en las últimas semanas el veto se ha levantado.

Ya en su vuelta hace un mes, ‘Sálvame’ ponía en el foco a Kiko Hernández por su supuesta relación con el actor Fran Antón. Y la semana pasada, el colaborador se enfrentaba a su pasado y a su relación de amistad con Marta López. Pero este lunes, el programa presentado por Jorge Javier Vázquez y Adela González daba un paso más allá con lo que ha emitido sobre él.

Nada más empezar el programa, Adela González ya cebaba que Kiko Hernández no iba a quedar bien en el programa de este lunes y que la cifra de 3.600 tenía mucho que ver. Eran las 19 horas cuando se desvelaba de qué se trataba. Así, según el programa, Kiko le habría pedido ayuda a Anabel Pantoja para ponerse en contacto con una determinada marca para que conseguir ropa a cambio de una colaboración.

Pero el problema venía cuando Kiko Hernández se quedaba con ropa por un valor de 3.600 euros cuando lo habitual es que por una colaboración con marcas el pedido tenga un valor de unos 400 euros. Es decir, Kiko se habría quedado con ropa mucho más cara de lo habitual. Por si fuera poco, según varios testigos de lo que hizo Kiko Hernández al ir a dicho centro comercial fue «impactante y sorprendente».

Nada más conocer la noticia, Kiko Matamoros ha tratado de defender a su amigo y compañero. «¿Pero hasta lo que hemos contado qué ha hecho de malo?», trataba de justificar el colaborador. «Madre mía, si lo hace otro le estás acusando de usurero, abusón y dejando mal a una compañera», le replicaba Gema López. «Lo normal es llevarte 300-400 euros, no 3.600 euros», afirmaba Miguel Frigenti.

En ese sentido, Gema López defendía que lo normal es que los influencer con muchos seguidores lo normal es publicitar la ropa en Instagram y a cambio se llevan ropa por un valor de 300-400 euros. «Lo que no te puedes llevar es 7 cajas, eso se llama abusar», sentenciaba la colaboradora. Por si fuera poco, el problema es que Kiko nunca llegó a gestionar nada sino Anabel Pantoja por lo que le había metido en un aprieto a su compañera.

«¿Pero han denunciado a Kiko o le han reclamado la mercancía?», se preguntaba Kiko. «¿Pero qué le estamos acusando de robar? Es que le estáis acusando de robo y hurto, que es un delito», sentenciaba Kiko Matamoros. «No, no seas manipulador se le acusa de abuso», replicaba Miguel Frigenti.

Pero Kiko Matamoros ha insistido en su defensa a Kiko Hernández. «¿Por qué despreciáis así a un compañero? ¿No puede ser que a la empresa le interese más dárselo en mercancía, que es mucho más menos que el valor real de venta? Para mí es un tío súper generoso y en cuanto sabe que alguien necesita algo te ofrece su ayuda y te dice: ‘Si necesitas algo, aquí estoy’. Para mí, un amigo es un amigo, con tele y sin tele», concluía Kiko.

Anabel Pantoja da la cara por su compañero

Por su parte, Anabel Pantoja llamaba en directo a Belén Esteban para aclarar lo sucedido. «Me da pena porque las cosas no se pueden contar así. No sé a qué acuerdo habrá llegado él, pero yo también he ido y me he llevado mi maleta», defendía la colaboradora. «Las cosas hay que contarlas como son, yo doy la cara por Kiko», insistía Anabel. Pero Jorge Javier ha querido ponerle humor al asunto. «¿Es verdad que tuvo que llamar a unas mudanzas para llevárselo todo?», le preguntaba el presentador a la sobrina de Isabel Pantoja.

Finalmente, ‘Sálvame’ ha retratado a Kiko Hernández reconociendo en primera persona que es un «rata». «Soy un poco rata y austero«, decía hace unos años el colaborador. «Rata, sí, y un pelín tacaño y roñoso también», añade la voz en off del reportaje. «Cogía las cajas de comida que sobraban del ‘Mediafest’ y se las llevaba para su casa. Eso no lo hacía de manera impostada para hacer una gracia. Lo hacía porque es su manera de ser. Mejor que llevarlo a la basura», terminaba de contar Frigenti.