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Crítica de la semana: La fuerza del desatino

Crítica de la semana: La fuerza del desatino

ANÁLISIS | Semana del 8 al 14 de noviembre de 2021

La sensatez está sobrevalorada en televisión, y en la vida en general. Los personajes que mejor funcionan frente a la cámara son aquellos incapaces de sostener un discurso coherente a lo largo de sus apariciones en el medio. No tienen que caerte bien ni tienes por qué invitarlos a pasar el puente de la purísima contigo, simplemente sabes que cada vez que hacen acto de presencia en tu pantalla tienes el desvarío asegurado.

Hubo gente que se sorprendió e incluso se indignó con el datazo de Isabel Díaz Ayuso el pasado martes en 'El Hormiguero'. La presidenta de la Comunidad de Madrid se alzó con un estupendo 23,2% de share y más de 3 millones de espectadores. Registros muy poco habituales actualmente en televisión que le dan a Isabel el mejor share del programa en lo que va de temporada. Esto no significa que la gente que la vio comparta su ideario o tenga un mínimo de simpatía hacia lo que representa, simplemente que es una juglaresa que funciona.

Por mucho que te cabree, con Ayuso sabes que nunca te vas a aburrir porque su discurso delirante rompe siempre con lo establecido. La lideresa madrileña sobresale de los corsés políticos para erguirse como gladiadora de circo romano. Como Imelda Marcos o Aramís Fuster, no sabes con qué idiotez te van a sorprender, pero ahí estás siempre pegado esperando hasta dónde rizan el rizo para continuar en boca de todos.

La izquierda todavía no se ha dado cuenta que por mucho que expongan las vergüenzas de Díaz Ayuso sus feligreses van a comprar siempre su ideario. No importa el tamaño de la sandez o que se descubran incoherencias en su gestión, la devoción hacía el personaje es tal que puede decir lo primero que le venga a la cabeza sin que le afecte políticamente. Siempre encontrará algún chascarrillo o alguna respuesta hiriente para subir la apuesta. No se le pide que sea ejemplar, simplemente que entretenga.

Y si Isabel funciona con su escasa sensatez, el desatino de Verónica Foqué es capaz de dar el mejor contenido de las pruebas de exteriores de la historia de ‘Masterchef’. El programa culinario es de largo lo más visto de TVE este otoño, rozando el 20% de share en la noche del lunes. Gran parte del éxito de la actual entrega de la versión Celebrity recae en manos de la actriz, dueña y señora de las tramas más hilarantes de esta edición.

Forqué provoca el caos en cada plano que protagoniza. Del llanto al cabreo en un segundo, la veterana intérprete consigue irritar al resto de concursantes y atrapar a la audiencia con cada uno de sus desplantes. No hay guion posible al que se ciña la pelirroja, la imprevisibilidad de sus actos la convierte en un fenómeno televisivo irresistible para el público. No debe ser fácil convivir con ella, pero acostumbrados a tanto bien queda y a tanto yerno perfecto en la pequeña pantalla, cuando aparece un torbellino disparatado como Verónica Forqué es inevitable rendirse a sus encantos.

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