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La crítica de la semana: No es país para cuentos

La crítica de la semana: No es país para cuentos

ANÁLISIS DE AUDIENCIAS | Semana del 11 al 17 de marzo de 2019.

Las particularidades nacionales deben estar presentes a la hora de crear un producto televisivo, perderlas de vista puede generar desapego por parte de la audiencia. Somos como somos, y así esperamos vernos a través del espejo de la pequeña pantalla.

En su intento por dulcificar la realidad, Mediaset ha errado el tiro en algunas de sus apuestas de la temporada. La audiencia televisiva demanda cierta empatía con los productos ofrecidos, y cuando estos distan tanto de su cotidianeidad los formatos no consiguen calar entre el público español. Podemos tolerar una ficción extranjera basada en personajes de cuento, pero cuando los universos son cercanos demandamos la imperfección que conocemos de las realidades que nos rodean. El primer ejemplo de ello es 'Secretos de Estado', la nueva serie de Telecinco se conformaba esta semana con un escueto 11,5% de share. Más allá de la leyenda negra que rodea a la figura de su creador y de la poca confianza con el producto expresada por parte de la cadena, el problema principal de esta ficción es que se aleja por completo de la realidad que conoce el espectador.

La serie presenta unos personajes envueltos en glamour y erotismo, con sonrisas y cuerpos de revista de nutrición,  elementos que brillan por su ausencia en la política española. Cuando sabemos que un ex ministro fue capaz de instalarse un tirador de cerveza en sus menesteres o que una presidenta de una comunidad autónoma  en un supermercado se metía cremas faciales en el bolso, cualquier serie política con olor a Chanel resulta una falacia imposible de asumir por el espectador. 'Secretos de Estado' pretende embellecer los entresijos de un estamento que todos sabemos que huele a chorizo y a Larios. Es evidente que toda ficción se toma ciertas licencias, pero una cosa dinamizar la realidad y otra desdibujarla con historias imposibles de asumir por los que viven en ellas. Si a esto le sumas un elenco actoral bastante limitado, con algunas excepciones entre las que destaca Miryam Gallego, ni el cuento ni sus personajes consiguen traspasar el decorado.

El otro estreno de Mediaset que no termina de brillar es el talent pastelero presentado por Jesús Vázquez, en su segunda semana descendía hasta un tibio 6,4% de share. 'Bake Off' viene a ser una versión más fresca de 'Masterchef', misma mecánica pero limitando la restauración al mundo de la repostería. Cuenta con un presentador que borda todo lo que capitanea, con un perfil de concursantes apetecible y con una miembr@ del jurado que lleva dentro el sentido del espectáculo. Pero peca en algo similar a 'Secretos de Estado', en España se cocina mucho y muy bien, pero el mundo de las tartas es el gran olvidado si tomamos como referencia a muchos otros países occidentales. Aquí se lleva la bollería, los flanes y el roscón de reyes, no somos Reino Unido ni los Estados Unidos, dónde te ofrecen una gran variedad de pasteles en cada esquina. No tenemos cultura de tartas, y no lo digo en sentido peyorativo, pero aquí dices Red Velvet y tu abuela se piensa que hablas de una bebida energética. Por muy entretenido y dinámico que sea 'Bake Off', la materia prima con la que se trabaja queda muy alejada de la cotidianidad del espectador mayoritario.

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