ANÁLISIS DE AUDIENCIAS| Semana del 2 al 8 de julio de 2018
Pablo Motos bajaba la persiana el pasado jueves y con ello quedó cerrado oficialmente el curso televisivo. Un año en el que la televisión tradicional mostró su fuerza y reivindicó que todavía mantiene su poder de convocatoria.
Un curso más Telecinco vuelve a reinar con holgura en la liga de las cadenas de televisión. La diferencia respecto a sus competidoras aumenta ligeramente y queda patente que su modelo televisivo lejos de agotarse sigue siendo el más consolidado del mercado audiovisual. Una parrilla que basa su éxito principalmente en su programación diaria, en un esqueleto conformado por dos magazines longevos que no ven mermado su éxito pese al paso de los años. Por la mañana, ‘El programa de Ana Rosa’, cerraba su temporada más vista de los últimas nueve. Trece años de liderazgo ininterrumpido basado en la fórmula de siempre: actualidad política + sucesos + corazón. Y por la tarde, 4 horas más de éxito arrollador con otro de los motores de la cadena , y es que no hay quien pueda con los mundos de ‘Sálvame’. El programa más vivo de la televisión sigue dando sus frutos con su universo paralelo y sus tramas inagotables.
Telecinco tiene un engranaje muy definido y una estructura a medida de su audiencia, pero hay dos de sus vértebras a las que debería prestar más atención. El hueco que dejó ‘Cámbiame’ en la parrilla nadie lo ha podido subsanar hasta el momento; ‘Pasapalabra en familia’ pasó con más pena que gloria y la nueva apuesta de Sonsoles Ónega no se ha visto respaldada por la audiencia. Por otro lado, la ausencia vespertina de ‘Pasapalabra’ durante el Mundial de fútbol está dando alas a ‘Boom’ de Antena 3. El espectador aborrecido del deporte rey está acudiendo a la competencia y será difícil de volver a captar cuando vuelva Christian Gálvez. El programa de Juanra Bonet es una de las pocas alegrías de Antena 3 durante este curso. La cadena que tenía en sus series su mejor baza ha visto como el nuevo modelo de consumo audiovisual mataba su esencia. El directo es vital para la televisión tradicional y la escasa oferta en vivo del principal canal de Atresmedia está siendo su talón de Aquiles para sobrevivir en los nuevos tiempos.
En la parte media de la clasificación de las audiencias encontramos a La1, que empezó el curso con fuerza pero se ha ido desinflando a medida que nos acercábamos al verano. El canal público vivó sus meses dorados durante el otoño con el resurgir de ‘OT’ y el éxito consolidado de ‘Masterchef Celebrity’. La cadena rejuveneció su público y apuntó maneras de renovación con la llegada de la serie ‘Estoy vivo’ o ‘Maestros de la costura’, pero se durmió en los laureles con su programación diaria que sigue muy lejos de sus principales competidores. El cambio de gobierno debe suponer no solo una transición hacia una televisión más plural sino también una restructuración hacia un modelo televisivo más competitivo.
La cadena pública ha cedido el testigo de referente informativo a LaSexta. El canal verde sabe jugar sus cartas de la misma manera que lo hace Telecinco con los suyos, mientras unos ofrecen a su audiencia la posibilidad de vivir en directo la vida de Sofia Suescun los otros lo hacen con lo acontecido en el Congreso. Se trata de saber aprovechar la mejor baza que tiene la televisión tradicional que no es otra que la capacidad de ofrecer entretenimiento en directo. La Sexta en estos años ha peleado su plaza y ahora ya vive asentada en el imaginario colectivo como el escaparate para estar pegado a la actualidad. La cadena ha desbancado por completo a Cuatro que sigue nadando en su zona de indefinición permanente. Pese al buen rendimiento de sus ofertas nocturnas, de Calleja al ‘Chester pasando por ‘Los Gipsy Kings’, su programación diaria malvive entre la indiferencia, la falta de personalidad y una conjunto de decisiones incompresnsibles.
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