La crítica de la semana | Niños con estrella y estrellas caídas

ANÁLISIS DE AUDIENCIAS | Semana del 2 al 8 de enero de 2017
 

Arrancamos el año con pocas sorpresas, mucho cine y escasez de directo. Esta fue una semana de tregua antes de que vuelva la guerra, tuvimos empacho de niños con talento, felicidad impostada y la visita de algunas estrellas caídas.

Es difícil realizar predicciones sobre el devenir de los formatos si tomamos como referencia los datos de audiencia de estos días, se trata de unas semanas atípicas en las que el consumo televisivo se ve agitado por las fiestas y las dictaduras infantiles en los hogares españoles. El programa revelación del pasado año, el exitoso salón de masajes de Bertín Osborne, tocó fondo estos días con sus dos especiales navideños: ’Mi casa es la tuya’ marcaba el pasado lunes uno de sus mínimos históricos al conformarse con un escueto 14,7% de share. En esta ocasión el programa pretendía ser un homenaje al humor patrio y terminó convirtiéndose en un club del jubilado decadente, no por el paso de los años sino por la mala gestión de la fama de muchos de ellos. Los intentos de los cómicos por resultar graciosos mermaron nuestra vergüenza ajena hasta convertirla en lástima, y todo esto amenizado por las siempre progresistas lecciones de vida de Bertín. Con la vuelta al cole es posible que la audiencia se reconcilie con el programa, aunque mucho me temo que los grandes datos cosechados en sus inicios queden ya lejos para el cantante de rancheras.
‘Masterchef Junior’ es de los pocos programas beneficiados por la laxitud de horarios infantiles en las vacaciones escolares de invierno. La1 decidió empezar su prime time a las 22:05, cosa que no hace durante todo el año cuando los niños tienen que madrugar al día siguiente, y la audiencia respondió con gratitud elevando el talent culinario hasta un notable 17,8% de share. Lo que en su estreno pudo parecer una congregación de niños resabiados, fue puliéndose programa a programa hasta encontrar oro televisivo entre los pequeños chefs. Lo de Miguel y Jefferson, dos renacuajos de La Rioja y Cádiz, no tiene nombre, se comen la pantalla y es imposible no caer rendido ante su verdad y desparpajo. La capacidad de estos pequeños para conquistarnos es tal, que somos capaces de tragarnos los números infantiles de Jordi Cruz y Pepe Rodríguez, dignos de un teatrillo circense protagonizado por Sonia Monroy. Una vez más, y es de agradecer, el éxito del formato recae en un buen casting de participantes y no en trivialidades gastronómicas.
Los niños siguieron siendo los protagonistas de la Noche de Reyes con un especial en Telecinco y otro que no vio nadie en La1. El de Mediaset estuvo protagonizado por Adrián, un pequeño cantante al que alguien tendrá que preparar para el momento en que deje de ser un niño y los focos le den la espalda, que obtuvo un tibio 13,9% de share. El de La1 fue una de las mil galas que le encargan a Jose Luis Moreno en Navidad, con muchos artistas en riguroso playback y unos sketchs infumables que harían las delicias de Bertín Osborne, en este caso el especial real se conformó con un lamentable 7,9%, esperamos que los directivos de la pública tomen nota no repitan la hazaña el año que viene. Si con todo esto la semana no había sido suficientemente soporífera, va el ‘Deluxe’ y decide amenizarnos la noche del viernes con una entrevista a Julio José Iglesias. No hay celebrity menos interesante en la faz de la tierra que el hijo mayor de Isabel Preysler, un señor que no tiene talento para ningún arte y que su vida personal resulta tan poco atractiva que tiene que hablar de la de su familia, sin ninguna gracia ni atisbo morboso para contarla. Es el ejemplo de invitado del que tiene que huir ‘Sálvame Deluxe’ para no perder su frescura inicial y convertirse en el ‘DEC’ más decrépito, con todo esto y pese ser grabado el programa presentado por María Patiño lideró la noche con un escueto 14% de share.

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