Volvió la vida en directo. 'Gran Hermano' ha regresado a nuestras
pantallas manteniendo sus índices de audiencia intocables (22,4% share), como
si por el formato no pasase el tiempo. Bien es cierto que no se pueden comparar
los datos con aquellas primeras ediciones que suponían algo innovador en
nuestras pantallas, curioso e incluso despertaba cierto interés a los que somos
reacios a estos formatos; pero GH se ha consolidado como un programa clave para
la cadena.
pronto, lleva ya el concurso presentado por Mercedes Milá (Merceditas,
como diría el siempre mordaz Ferrán Monegal). No me gusta la vida en directo,
no me gusta cuando un programa acaba basándose en el enfrentamiento gratuito
con la única necesidad de seguir ahí. Cambian el continente pero intoxica el
contenido.
contener. Soy fiel a 'Tu Cara Me Suena',
aunque ayer quedó como tercera opción con un 14,9%, (¿moverá ficha Antena 3?). Durante
las pausas publicitarias, que en la mayoría de ocasiones hacían coincidir en
plena batalla por las audiencias, veía a Merceditas iluminada cual aparición
Mariana entre las paredes de la casa. Y es que la Milá presentó desde Guadalix y durmió con ellos unas horas.
programa, su afán de superación, su búsqueda por ofrecer siempre un plus. Eso es
innegable. 'Gran Hermano' apuesta cada
edición por algo nuevo, por cambiar a primera vista el continente. Otros
programas se instalan en su poltrona de líder de audiencia, lo que no saben es
que la audiencia acaba por aburrirse.
ponen toda la carne en el asador, generan expectación, sorprenden hasta a quien
no lo sigue. El problema es que el continente siempre va más allá, y eso para
los que admiramos cualquier innovación televisiva es siempre de agradecer, pero
el contenido siempre es el mismo, e incluso va a peor.
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