CRÍTICA |
Han bastado tres meses para barrer la televisión pública que disfrutábamos hace poco tiempo y que estuvo muy "por encima de nuestras posibilidades" y volver a la del régimen, panfletera y manipulada que tuvo su origen en la dictadura y que ha vuelto a resurgir con fuerza desde la llegada de Rajoy al poder y su toma de control absoluto de RTVE. El rechazo de la audiencia es tan evidente que los 'Telediarios' están ya a punto de perder su liderazgo histórico en favor de Telecinco.
Con el especial electoral de este pasado 21 de octubre sobre las elecciones autonómicas en Galicia y Euskadi asistimos a un episodio lamentable más de manipulación desde que Julio Somoano fue nombrado director de informativos de TVE por el presidente Leopoldo González-Echenique.
La red social Twitter ardió en quejas de un especial de TVE que arrancó a las 19:50 horas y se prolongó hasta pasada la 1 de la madrugada. Y la acogida de la audiencia no pudo ser más negativa: 1.163.000 espectadores y un 5,5%. El 'TD 2' ni siquiera superó los dos dígitos (1.838.000 y 9,2%) y La 1 se quedó con un 7,9% de cuota en el total del día, solo 4 décimas más que Cuatro.
La manipulación: tónica habitual en la RTVE del PP
Las tres presentadoras sin cumplir en absoluto con el rigor que exige un medio público que ha de ser plural, riguroso y representativo de todas las sensibilidades, mostraron una euforia sin dilación -a veces forzada y otras sin ocultación como suele mostrar la veterana Ana Blanco- cuando informaban de la mayoría absoluta que el PP volvió a lograr en Galicia y los malos resultados del primer partido de la oposición.
La mesa de debate moderada por María Casado era más bien una tertulia de quiosco al más puro estilo de la cadena de extrema derecha Intereconomía en el que la pluralidad quedaba representada por solo una "supuesta" periodista progresista, Anabel Díez (El País), y donde el resto era de tendencia claramente conservadora: Fernando Ónega ('La Voz de Galicia', 'La mañana de La 1'), Antonio Pérez Henares, Víctor Arribas (ABC Punto Radio), Esther Esteban (El Mundo) y Julio Cesar Pérez Herrero.
Julio Somoano, de estratega del PP a "hacer bueno" a Urdaci
La cadena incurrió en el primer especial electoral de la "era Somoano" en una vulneración ilícita del código de ética profesional, su estatuto de redacción y la ley electoral al hacer unos cortes intolerables y tendenciosos en las reacciones de los distintos candidatos y partidos, dando prioridad absoluta al PP en ambas comunidades, cuando por ley tiene que respetar en sus coberturas informativas las proporciones parlamentarias.
Así cortó al instante la intervención de Mintegi, candidata de Bildu, segunda fuerza en Euskadi con 21 escaños, y otorgó prioridad a Antonio Basagoiti, candidato del PP, pese a ser cuarta fuerza política en la comunidad con solo 10 escaños. Lo mismo ocurrió con el secretario de organización del PSOE, Óscar López o cuando Patxi López, lehendakari saliente daba su valoración, que en esta ocasión tercera fuerza con 16 escaños fue solapado de inmediato por la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.
Durante este escaso tiempo de asalto del PP, la televisión pública estatal ha logrado lo que parecía impensable, otorgar más credibilidad a la que es hoy su referencia en información y contenidos, Telemadrid, que este domingo daba la información incluso con más dosis de rigor -¡qué ya es difícil!- que su cadena hermana. Y aún algo más complicado: hacer bueno a Alfredo Urdaci.
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