La vuelta de Ana Rosa a las mañanas es la primera reacción contundente a la crisis de audiencia que atraviesa Telecinco. La estrategia iniciada con el fin de ‘Sálvame’ se ha mostrado fallida desde el minuto uno y ahora parece que se han dado cuenta.
Los programas de televisión no pueden ofrecer una muestra perfecta de la sociedad española, pero sí ajustar sus elencos cuando el exceso de testosterona incomoda.
Tras las rendijas de la desinformación, los populismos aprovechan el caos para inocular su veneno a la población, recurriendo a las pasiones más bajas de los seres humanos para propagar su odio
‘Mask Singer’ cayó a su mínimo histórico esta semana. Parece que Antena 3 ya no vive esa etapa dorada en lo que todo le funcionaba en prime time y congregaba audiencias millonarias en sus estrenos.
El hijo irreverente de ‘Sálvame’ es un digno heredero de su progenitor. Tener vida propia y que esta sea entretenida es el mayor logro que puede regalarnos un formato de televisión.
La crisis de audiencia que atraviesa ‘Salvados’ contrasta con el buen momento que viven otros formatos con un análisis de la información mucho más sensacionalista.
Telecinco vuelve a recurrir a su sello personal, con el tándem de corazón y realitys, para levantar una parrilla que vive sus peores registros históricos de audiencia.
La gente de izquierdas debemos ocupar los espacios que nos han sido vedados en los últimos años. Recuperar los altavoces que nos ofrece la televisión para hacer llegar nuestros mensajes a un público que tiene menos posibilidades para acceder a ellos.
Los Borrego Campos van a seguir chupando de la teta de Mediaset hasta que no les quede nada más por vender. En este juego de hipócritas, la paciencia del espectador debe tener un límite cuando le intentan tomar el pelo.
Por primera vez en muchas temporadas, hay partido a las diez de la noche. David Broncano ha logrado mirar a la cara a las hormigas de Pablo Motos, algo impensable hasta el momento, y gane quien gane, la mayor beneficiada será la televisión en abierto