La 'Fiesta' más descafeinada de Telecinco: Un batiburrillo de contenidos sin una pizca de acidez

'Fiesta', el programa de los fines de semana de Telecinco con Emma García, es una amalgama de contenidos inconexos que van desde los videos de perritos pequineses a los remedios caseros para prevenir los juanetes.

La 'Fiesta' más descafeinada de Telecinco: Un batiburrillo de contenidos sin una pizca de acidez

Los fines de semana de Telecinco nunca fueron especialmente brillantes. Ningún programa diurno destacó especialmente por nada, pero sí que muchos de ellos cumplieron con la misión de ser un relleno decente. Formatos que actuaban como centrifugadoras de los contenidos de la cadena a la vez que entretenían a una audiencia con el listón bastante bajo a la hora de la siesta. 

No lo tenían fácil. Los sábados y domingos no son días tan agradecidos para hacer televisión en directo. La tele el fin de semana va escasa de actualidad y se ve por casualidad, en los ratos muertos mientras esperamos a realizar alguna actividad. Es televisión de acompañamiento más que un contenido buscado por el espectador, con lo que es difícil generar vínculos entre los formatos y su audiencia.

Entendiendo el contexto, el error más grande que pueden cometer los programas que pretenden ocupar el fin de semana es carecer de personalidad. Y esa es la deriva que han sufrido los magacines de Telecinco en los últimos años. No es que '¡Qué tiempo tan feliz!' aportara frescura al finde ni que 'Viva la vida' fuera el paradigma de la originalidad, pero por lo menos tenían un sello propio en el que el público podía echar raíces. 

Y ahora no hay ni sello, ni personalidad, ni nada que defina los programas del fin de semana de Telecinco que vaya más allá de lo insulso. Entiendo que no es fácil rellenar de contenido 5 horas de un sábado o un domingo, pero conseguir que ni 10 minutos tengan algo de sustancia es todo un mérito que hay que otorgarle a 'Fiesta'. Desde que en febrero de 2024 Paloma Lago decidió servir talento abandonando el programa de malas maneras no ha pasado nada trascendente en el programa de Emma García. Me equivoco, pasó lo de Ágatha Ruiz de la Prada, pero nadie debería ponerse medallas por tremenda racistada. 

El magacín de las tardes del fin de semana es un batiburrillo de contenidos inconexos que van desde los videos de perritos pequineses a remedios caseros para prevenir los juanetes. Todo ello entremezclado con los universos propios de la cadena y los sucesos más escabrosos. Una amalgama de temas con la que es imposible conectar ya que nadie en su sano juicio puede transitar de unos contenidos a otros con la ligereza que pretende hacerlo Emma García.

'Fiesta' es una reunión de personas con aspiraciones a un estatus social que no poseen y que creen que pueden adquirirlo usando palabras ñoñas y vistiendo con ropa de marca. Colaboradores que venden una imagen aparentemente glamurosa y que en su afán por mostrar "elegancia" pierden toda su esencia. No se dan cuenta que al final lo que quiere ver la gente en la tele es verdad, independientemente de la procedencia de cada una.

Es preferible una Amor Romeira, que en su histrionismo sigue manteniendo algo de espontaneidad, que no colaboradores emperifollados y con el argumentario relleno de algodón de azúcar. Si quieren hacer una reunión de pijos que pongan pijos de verdad, que los realitys de señoras ricas siempre nos funcionan, pero ver a gente que aparenta lo que no es no tiene ninguna gracia.

Pero más allá de la superficialidad de la vestimenta, lo que más chirría del programa es el discurso imperante de los colaboradores. Parece que cobren por pensar lo mismo. No hay ninguna voz discordante ni original entre tanta palabrería vacía. Se aplauden y se ríen las gracias entre ellos, sin permitir en ningún momento que despunte alguna voz más disruptiva entre los valores de la Sección Femenina.

Los datos son bastante claros. Sábado 20 de abril de 2024, 'Fiesta' marca un 10,9% de share en la tarde de Telecinco. Un año después, sábado 5 de abril de 2025, el programa se conforma con un discreto 9,4%. Si lo comparamos con los datos que cosechaba 'Viva la vida' la diferencia es todavía más significativa. Con lo que el cambio de nombre del programa no solo no ha mejorado las tardes de Telecinco el fin de semana, sino que las ha empeorado.

Vamos a ser constructivos. Con los buenos datos que está cosechando 'Supervivientes' el programa tiene ahora la oportunidad de aprovechar al máximo el tirón del reality para mejorar sus contenidos. Haciendo honor al nombre del magacín, Emma García y compañía deberían desajustarse el corsé para proponer algo mucho más festivo. Un tono más ácido y mordaz para motivar a una audiencia aborrecida de tanto bienquedismo. Por muy abotargados que estemos en el sofá el fin de semana, un poco de picardía siempre se agradece.

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