Tras un recibimiento digno de una reina por parte de la familia Luján, Jana se instala en la zona noble de La Promesa sin saber que todo es una trampa de la marquesa para acabar con ella y con su relación con Manuel.
Sin embargo, la antigua doncella aún no se siente preparada para asumir su nueva vida y apenas abandonará su nueva habitación, declinando a comer y cenar con la familia. Además, ante estos desaires, Cruz tomará una decisión con el objetivo de que se sienta más presionada y violentada, y así irla minando poco a poco hasta salirse con la suya.
El robo del crucifijo por parte del padre Samuel ha transcendido y todos los empleados se disponen a buscarlo sin que María Fernández se atreva a desvelar que quien está detrás de su desaparición realmente es el sacerdote, que no tardará en mostrar su peor cara en La Promesa.
Tras su fogosa reconciliación, Pelayo está dispuesto a casarse con Catalina cuanto antes. Y Petra y Martina unen sus fuerzas para destruir al hombre que ha intentado amargar sus vidas: el conde de Ayala. Por ahora, Martina ya se ha enterado de que él es el padre del difunto Feliciano.
Las sospechas sobre las verdaderas intenciones de Julia acorralan a Curro, y Martina le recomienda que no se case si no quiere, pero no tiene nada fácil librarse de ello, porque José Juan no para de presionar… y de amenazar.
Avance de 'La Promesa' del martes 19 de noviembre
Un nuevo plante de Jana provoca la ira de Cruz, que intercede para encargarse del vestuario de la muchacha, a saber con qué objetivo. La intención de Lorenzo es que Curro acepte la propuesta de José Juan, hasta el punto que idea un plan retorcido que lleva a su hijo al límite. Su objetivo, deshacerse de su falso hijo y que sus días en La Promesa estén contados.
Se encrudece la situación de los marqueses con los duques de los Infantes, pero Cruz no parece dispuesta a dar su brazo a torcer y emprende una guerra contra ellos. Y Marcelo y Petra van a peor. El ama de llaves carga contra el muchacho ahora con otro motivo: el crucifijo desaparecido. Le culpa a él del robo.
Ya no existen, en apariencia, dudas en Pelayo y Catalina de cara a la boda, cuya fecha está más próxima de lo que podía parecer. Y Martina y Petra continúan con su plan para desenmascarar a su objetivo común: el conde de Ayala.
Sigue toda la información de El Televisero desde Facebook, X o Instagram