Todo lo que nos ha dejado 2023, el año en que murió la televisión

'Sálvame' murió y desde entonces ya no quedan alicientes para encender el televisor. 2023 ha sido un año para olvidar, cuesta encontrar momentos televisivos que nos hayan arrancado alguna emoción.

Hace unos días se viralizaba un video de los chicos de ‘OT 2023’ rememorando los grandes momentos de ‘Sálvame‘. Jóvenes que no superan los 25 años recordando frases de María Patiño, Belén Esteban o Chelo García Cortés. Por si alguien todavía no era consciente, los concursantes encerrados en la Academia nos recordaron el impacto social de un formato que conseguía atravesar la pantalla. En unos tiempos en que el público joven había abandonado por completo la televisión en abierto, ‘Sálvame’ era el único vínculo que mantenía el target menor de 30 años con la pequeña pantalla. 

En junio terminaba ‘Sálvame’ y con su despedida moría la televisión. La frase puede resultar un tanto exagerada, pero solo hace falta comprobar las audiencias de los últimos meses para darse cuenta de la decadencia que vive el medio. Evidentemente la desconexión del público no se inició con el fin del programa de Jorge Javier Vázquez, pero el cierre de ‘Sálvame’ sí que llevó a la tele a la intrascendencia más absoluta. Sus colaboradores eran una fuente inagotable de contenido, un reducto de libertad entre tanta corrección que encontró la fórmula para sobrevivir frente al avance de las plataformas.

‘Sálvame’ murió y desde entonces ya no hay alicientes para encender el televisor. 2023 ha sido un año para olvidar. Cuesta encontrar momentos televisivos que nos hayan despertado alguna emoción. Vivimos instalados en una especie de letargo en el que encendemos la tele por inercia y vamos haciendo zapping como autómatas esperando encontrar algo que capte nuestra atención. Hemos dejado de desear durante el día llegar a casa para ver X, ya solo entendemos la televisión como animal de compañía en sus últimos meses de vida.

«Si analizamos por cadenas, este año quien se lleva la palma del desastre es Telecinco»

Si analizamos por cadenas está claro que quien se lleva la palma del desastre ha sido Telecinco. El canal ha dejado de ser un referente en entretenimiento para convertirse en una fábrica de caspa, y lo más grave es que ha perdido hasta su identidad. Si algo tenía la cadena de Vasile era sello propio, y ahora ya ni eso. Un suma y sigue de malas decisiones que no parece tener fin; una cadena que recupera a Santi Acosta en 2023 merece que le quiten la licencia. Y por mucho que nos vendan que es una remodelación que dará frutos a largo plazo, la audiencia parece indicar todo lo contrario. ‘TardeAR‘ sigue muy lejos de los datos de ‘Sálvame’, ninguna oferta estrenada en prime time ha superado el 15% de media y su access no llega ni a los dos dígitos de share. Borja Prado es sin duda el empresario del año.

En la otra cara de la moneda encontramos a Antena 3, en un año de consolidación que empieza a oler a estancamiento. La cadena del grupo Planeta parece asentada en un liderazgo cómodo en el que ha dejado de innovar para conformarse con lo que ya ha obtenido. A base de series turcas, formatos familiares y de ser el azote de Pedro Sánchez tiene a una parte de la audiencia fidelizada. También les digo, que viendo la edad de su mayor fuente de espectadores, deberían ponerse las pilas si no quieren morirse con ellos.

A la que no le han ido las cosas tan bien este año es a la otra cadena de Atresmedia. ¿Alguien recuerda algún bombazo periodístico de La Sexta este 2023? Yo tampoco. La cadena verde, que se caracterizaba por ser un referente informativo que conseguía sacudir la actualidad del país, no ha logrado destacar en nada en todo el curso. Siguen teniendo formatos muy bien trazados, pero su estrategia de comunicación o el desencanto de algunos votantes de izquierdas han lanzado al segundo canal de Atresmedia a la irrelevancia mediática.

Y en tierra de nadie se encuentra TVE. No podemos decir que las cosas le hayan ido mal este 2023, pero tampoco está la televisión pública para tirar cohetes. Por lo menos, ahora mismo La 1 tiene un modelo y la buena acogida de ‘Mañaneros’ es el mejor ejemplo de ello. Se agradece el intento de un gran formato como ‘El Conquistador’, que solo vimos yo y mi madre, o el tándem intergeneracional que hacen Mercedes Milá e Inés Hernand en ‘No sé de qué me hablas’. Pero sigue habiendo cosas por pulir: el atiborramiento de ediciones ‘MasterChef’, los extraños movimientos en la franja de sobremesa o la inevitable pérdida de Carlos Franganillo

2023 ha sido especialmente soporífero y el nuevo año solo puede ir a mejor, o no. Recordemos que Telecinco ha decidido desempolvar a Valeria Mazza del baúl de los recuerdos y que las grandes novedades de la temporada son dos formatos de bailes de salón. Nada puede salir mal.

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