Fue un gesto de Cristina Pedroche nada más dar la bienvenida al 2023 que la cámara terminó enfocando y que trató de disimular como pudo.
Es irrebatible que Cristina Pedroche tiene los focos hacia su persona en cada Nochevieja. El efecto que ha forjado a lo largo de los nueve años que acumula al frente de las Campanadas de Antena 3 ha conquistado un dominio absoluto; con un sorpasso a TVE que se ha reeditado por segundo año consecutivo (6.666.000 vs. 4.469.000 millones) a pesar de haber perdido casi un millón de espectadores respecto al año pasado (7.534.000).
Un reinado que se extiende a las redes sociales, inundadas en los primeros minutos del año por una cascada irrefrenable de memes y reacciones varias acerca del vestuario de la comunicadora vallecana. Diana de críticas, elogios y mofas en algunos de los casos, es consciente de que se expone al juicio de la audiencia cada fin de año. El listón está muy en alto y, por ello, resulta más difícil el factor sorpresa que se pretende en un acontecimiento de estas características.
En esta ocasión, con un recién despedido 2022 marcado por la guerra en Ucrania, Cristina Pedroche se enfundó en una carpa -facilitada por la oenegé ACNUR- de las que se utilizan en los campos en los que se ofrece auxilio a refugiados y desplazados de territorios de conflicto. Más tarde, se exhibió con una falda transparente y una escultura con forma de paloma sobre el pecho que simbolizaba la paz. Un atuendo que, como cabía esperar, dio mucho de sí.
De la misma forma que está dando que hablar la escena que tuvo lugar a los segundos de recibir al 2023. En ese preciso instante, mientras las cámaras enfocaban el espectáculo pirotécnico que se estaba produciendo en la Puerta del Sol, la vallecana se encontraba hablando con algún miembro del equipo y, con el botellín de cerveza en mano que debía promocionar, hizo un claro gesto de negación. Se captó nítidamente.
Si bien, Cristina Pedroche pensaba que en ese momento no le estaban grabando, pero lo cierto es que los realizadores del programa habían vuelto a pinchar la señal del balcón en el que se localizaban la televisiva y Alberto Chicote. Al instante, se percató de que estaba en pantalla, trató de disimular como pudo, avisó al chef de que había que realizar el sponsor de turno y sonrió como si no hubiera pasado nada. Sin embargo, la pillada no tardaba en empezar a circular en redes, con miles de interacciones y cientos de miles de visualizaciones.
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