Marta Riesco, profesional de la mentira y el montaje, ha movido ficha después de que Rocío Carrasco haya dado la cara en 'Sálvame' con las imágenes de seguridad del local.
Marta Riesco retó a Rocío Carrasco para que probara que no habían mantenido una conversación el día 21 de abril en el que se fecha la llamada de la discordia. En definitiva, ha exigido lo que en derecho viene siendo una prueba diabólica, cuando es el acusador el que pide al acusado que demuestre que no cometió el delito imputado. Así se las gasta la reportera/mocatriz de Ana Rosa como buena discípula de un embaucador con tan malas artes e intenciones como Antonio David Flores. Ha sido instruida rápido.
Sin embargo, a pesar de que es ella la que tiene la obligación de demostrar que la llamada sí existió, Rocío recogía el guante y se sentaba este martes en el plató de 'Sálvame' para dar la cara. Mamá, ya no se calla. Y no acudió con las manos vacías, porque aportó consigo las pruebas que tanto le requerían. Unas imágenes irrefutables captadas por las cámaras de seguridad que evidencian que Luis Pliego se retiró de la mesa y habló en solitario con Riesco.
No obstante, los negacionistas salen de debajo de las piedras, no tienen remedio. Así que esas imágenes no resultaron suficientes para desmarcarse de una profesional de la mentira. En sus programas aún le protegen y se resisten a dar el crédito que merece a Rocío Carrasco. De una rectificación o un 'mea culpa' ni hablamos porque no se le espera. Siguen anclados en un as prometido por Marta Riesco que no llega. Y no llega porque no existe. Sencillo de entender.
Consciente de que se ha metido en un charco del que es difícil salir, Marta intenta ganar tiempo y armar una estrategia que le saque de esa imagen de farsante, montajista y persona perversa que pesa sobre ella. Eso explica su delirante y desquiciante movimiento de última hora, poniéndose en contacto con el dueño del restaurante y exigiendo las imágenes en bruto de las cámaras de videovigilancia.
"Solo para que lo sepáis. He pedido las grabaciones de las cámaras de seguridad del restaurante de ese día y de esa franja horaria al completo. Y no me las dan ni me las quieren enseñar. Tendré que hacerlo judicialmente", ha anunciado en sus redes sociales. Marta parece no creer en 'Sálvame' y sospecha de que las han podido manipular y falsear. Solo le queda esa bala, la de ganar tiempo, antes de convertirse en un cadáver televisivo.
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