ANÁLISIS | Semana del 29 de marzo al 4 de abril de 2021
Esta Semana Santa la mayoría de formatos cerraban temporada sin tener la renovación asegurada para próximas ediciones.
La tercera temporada de ‘La isla de las tentaciones’ fue la más vista su historia. Gracias a unos primeros capítulos de infarto, el programa bajaba la persiana el pasado miércoles con una media del 26% de share. Rara vez un programa de éxito consigue superar los datos de sus temporadas anteriores, pero así fue gracias a Lola, Marina y compañía. La fortuna o el buen hacer de sus trabajadores consiguieron que en esta tercera etapa de las tentaciones los giros de guión hipnotizaran a la audiencia.
En algún momento u otro de nuestra cotidianeidad todos debatimos sobre ‘La isla de las tentaciones’ con nuestro entorno, transportando las vivencias de los concursantes a nuestra propia experiencia, valorando lo qué haríamos o dejaríamos de hacer en las situaciones que nos iba planteando el programa. Con este juego compartido se produce el match perfecto entre audiencia y pequeña pantalla, y esto es precisamente lo que nos ofrecía Sandra Barneda cada semana. Por ahora nada se sabe de su vuelta, sería sorprendente no volver a escuchar eso de “hay más imágenes para ti", pero viendo los trapicheos que se trae Paolo Vasile con la mayoría de productoras todo podría suceder.
En TVE tres formatos de prime time decían adiós esta semana. El primero en despedirse fue ‘Maestros de la costura’, con un notable 14,7% de share. El programa de Raquel Sánchez-Silvia nos siguió regalando momentos de delirio en esta cuarta temporada. Haciéndonos participes del crecimiento televisivo de sus jueces, que nada tienen que ver con los tres ñus guionizados que aparecieron en su estreno, el formato goza todavía de un buen número de fieles que bien merecen su renovación.
El martes le tocaba firmar el finiquito a Dani Rovira. ‘La Noche D’ empezó como un formato insufrible, era todo exceso y griterío, ya ha terminado siendo una oferta digna para las noches de la televisión pública. Un presentador solvente, grandes invitados y un plató apetecible… lo único que fallaba eran los colaboradores, prescindibles y molestos la mayoría de las veces que aparecían. El programa se despedía con un 10,8% de share, un dato correcto pero quizás insuficiente para asegurar una renovación.
Y el viernes última despedida del trimestre con ‘Dos parejas y un destino’. En este caso, viendo los datos de audiencia, dudo mucho de su regreso. Una de esas injusticias que a veces suceden en el medio, ya que el formato bien merecía algo más de concurrencia. El programa apostaba por una televisión diferente al modelo predominante, más cercana al concepto de slow TV. Mucho mimo en la fotografía, en la música y en los paisajes. Entretenimiento cocido a fuego lento, huyendo del estruendo y del titular arrancado a base de incomodar.
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