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La crítica de la semana: Radiografías de la España más negra

La crítica de la semana: Radiografías de la España más negra

ANÁLISIS | Semana del 24 de febrero al 1 de marzo de 2020

Reconstruir la realidad para ofrecer productos televisivos que entretengan es uno de los artes más laboriosos a los que se enfrenta la pequeña pantalla.

El género documental traspasa la barrera audiovisual cuando más allá de su consumo inmediato consigue destapar realidades difusas en la mente del espectador. Todos, en alguna ocasión, habíamos escuchado hablar sobre El Palmar de Troya pero no fuimos conscientes de la dimensión del fenómeno hasta que Movistar+ estrenó la serie que aborda la devoción palmariana. Un universo desconocido para muchos que se despedía el pasado jueves como una de las emisiones más vistas de la televisión de pago.

Pero ‘El Palmar de Troya’ es mucho más que un descubrimiento para la audiencia. Es una pieza de orfebrería, con tres años de trabajo a sus espaldas, capaz de hipnotizar al consumidor durante sus cuatro capítulos. La serie navega de forma soberbia entre el misterio y la tragicomedia para terminar siendo en su conjunto una radiografía social, con mucho margen para la crítica sociológica.

Lo que ahí ocurrió, y sigue ocurriendo, reúne en un micromundo algunos de los rasgos más característicos de la idiosincrasia española: la picaresca, el fervor, la ignorancia, el jamón y la cerveza. Todo hilado en un relato bizarro que juega desde el principio con el espectador, sorprendiéndolo con cada giro imposible que da la trama y dosificando la información de forma magistral hasta el clímax final.

'Crims', el fenómeno de la temporada en Catalunya

De la misma forma que ‘El Palmar de Troya’ se nutre de testimonios, imágenes de archivo y recreaciones para narrar los hechos, estos también son los recursos utilizados en el programa ‘Crims’ de TV3 para relatar la crónica negra más oscura de Catalunya. Un programa que tiene sus orígenes en la radio catalana y que ahora se ha convertido en uno de los grandes éxitos de la televisión pública, alcanzando el pasado lunes un excelente 19,6% de share.

El programa es un true crime en toda regla,  con el morbo necesario de toda novela negra pero con el cuidado exquisito que requiere el sentido común. ‘Crims’ no mima solo el contenido sino también el envoltorio. El tono de la narración y la iluminación de los planos te van sumergiendo poco a poco en una atmosfera de misterio de esas que te acompañan por el pasillo de casa hasta meterte en la cama.

Los crímenes más truculentos de la historia reciente de Catalunya son diseccionados al milímetro para conformar con cada uno de ellos episodios adictivos. TV3 acierta de pleno al salir de su zona de confort y apostar por un contenido que puede ser catalogado como escabroso por los talibanes más moralistas de la cadena. Si bien es verdad que el interés del ser humano por un suceso tiene su punto de partida morboso, ‘Crims’ en ningún caso es amarillo o pernicioso. Es un retrato social a negro, un trabajo de artesanía que muestra a través de los crímenes las facetas más oscuras del comportamiento humano.

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