La Gala 11 de 'OT 2018' ha mostrado la evidente mejora de los concursantes sobre el escenario, pero ha fallado en fluidez y ritmo para rellenar un tardío prime time
¡Por fin! ¡Once galas han hecho falta para ver la mejor versión de lo concursantes! Un número de directos bastante tardío para enloquecer a una audiencia que tiene que enamorarse de los personajes semana tras semana y desde el principio. Pero a estas alturas de edición, el enganchar a más público es lo que menos debería importar a cadena y productora. Si cerca de dos millones de personas nos hemos enganchado otra temporada más al formato de TVE, aguantando baches, malas decisiones y a concursantes que han tenido que oír diariamente eso de ¡Ser vosotros mismos!, saquemos entonces la cara positiva a esta recta final de concurso.
Una recta final en la que, por fin, los propios concursantes están salvando unas galas faltas de agilidad, fluidez y ritmo. Si durante todo el concurso, hemos echado en cara que el casting de jóvenes aspirantes a estrellas no jugaban con la cámara, no respondían a Roberto Leal con naturalidad, y no trasmitían ni traspasaban la pantalla a la hora de interpretar, son ahora ellos mismos los que están consiguiendo captar la atención de los espectadores. Sí, por que somos nosotros los auténticos héroes de este 'OT', capaces de aguantar casi 3 horas de Gala con demasiado relleno innecesario.
Es lo que pasa cuando tienes que meter paja para rellenar un tardío prime time de TVE, con galas que últimamente desvían en más de una ocasión la atención del espectador en su casa. El momento de las puntuaciones del jurado, donde Natalia ha sido elegida como primera finalista de 'OT 2018', ha llegado demasiado tarde, después de 2 horas y media previas con tan sólo 9 actuaciones de tres minutos de duración cada una. Es decir, unos 30 minutos de música con dos horas extra de información, que a pesar de ser necesarias para avivar los diálogos en el show, resultan extremas teniendo en cuenta que no habíamos llegado al climax de la noche: Las valoraciones del jurado y los profesores.
El momento de los votos del jurado, al estilo eurovisivo, debería haber mantenido un estado de tensión y nervios entre los espectadores y los propios concursantes, pero tanto ellos como la audiencia desde sus casas, estábamos ya agotados de ver vídeos de las vivencias y clases de la Academia, que el target de 'OT' ya conoce y ha visto en el Canal del programa en Youtube. Es importante centrar el foco de las galas en los protagonistas, que tengan más participación y debates con Roberto Leal, que rían entre ellos y no avasallar al público con resúmenes constantes.
Pero hay algo que es bueno destacar. Famous, Natalia, Julia, Miki, Sabela, Marta y Alba Reche son ya estrellas, saben donde están, son conscientes de que el escenario de 'OT' forma parte de un programa de televisión que siguen millones de personas. Miran a cámara en sus actuaciones. Interpretan. Lo viven. Y eso, el espectador lo agradece, consiguen sacarnos una sonrisa al verles disfrutar. Todo, a pesar de que el espacio entre actuaciones es eterno.
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