ANÁLISIS DE AUDIENCIAS| Semana del 23 al 29 de julio de 2018.
Echar la vista atrás es bueno, a veces, no por rememorar tiempos pasados de censuras y fascistas, sino por la posibilidad que nos da el televisor de viajar por la historia desde el sofá de nuestra casa.
El archivo de TVE ofrece infinitas posibilidades y no siempre se han sabido aprovechar. Actualmente hay productos en su parrilla que viven casi en exclusiva de la memoria histórica que atesora la cadena pública, y que saben sacarle partido con propuestas inteligentes. Una de las grandes revelaciones de este verano se llama ‘Lazos de sangre’, un programa al más puro estilo ‘Hormigas blancas’ que repasa la historia de los grandes clanes del papel cuché. El pasado jueves les tocaba a los Iglesias y el formato marcaba máximo de temporada, liderando la noche con un buen 13,6% de share. Repasar la vida de Julio a través de sus siempre humildes declaraciones, ver la transformación física de la Preysler o comprobar las dificultades para el lenguaje oral de sus hijos siempre apetece. El programa tiene más de viejo que de novedoso, sería ideal para Telecinco hace una década, pero es resolutivo y solvente para La 1 en 2018. Una buena apuesta para el verano y una forma inteligente de explotar un archivo histórico muchas veces maltratado u olvidado.
La cadena pública, muy reacia a trabajar en directo a partir de las 12 de la noche, también se ha puesto las pilas en ese sentido y saca provecho a ‘Lazos de sangre’ en el late night con una tertulia pegada a la emisión del reportaje. Las ‘Amigas y conocidas’ de Inés Ballester, una vez emitido el biopic, se disponen cada jueves a diseccionar la vida de uno de los clanes de la España más folclórica. Una tertulia clásica y de ideario conservador, tanto que hasta las argumentaciones de Sonia Ferrer parecen progresistas, pero entretenida y agradecida para el público de La 1 a esas horas de la noche. El debate conseguía esta semana un estupendo 14% de share, demostrando la buena estrategia de la cadena al estirar el chicle del documental hasta altas horas de la madrugada.
Movistar no dispone de archivo histórico pero tira de cartera para explorar en el baúl de los recuerdos de la historia de España. Tras varias apuestas de ficción propia, la plataforma de pago estrenaba este verano su serie más madura, ‘El día de mañana’. El relato basado en la obra de Ignacio Martínez de Pisón transcurre en la Barcelona de los años 60 y 70, revisitando durante 6 capítulos los últimos coletazos del franquismo a través de los ojos de un joven ambicioso con ganas de medrar entre ratas y miserias. La unanimidad de los críticos de televisión es casi absoluta al señalar ‘El día de mañana’ como la mejor serie española de los últimos tiempos. Yo no diría tanto, me quedo por ejemplo con la menospreciada ‘La otra mirada’, pero nos encontramos delante de la mejor apuesta de Movistar hasta la fecha. Una ficción cuidada y ambiciosa, con una calidad visual e interpretativa fuera de lo común, y con una narración deliciosa que intercala los testimonios directos de sus personajes con el transcurso de su historia. Sus protagonistas interpretados por Oriol Pla y Aura Garrido bordan cada letra del guión, y secundarios como Jesús Carroza y Karra Elejalde desbordan y asombran conformando un elenco interpretativo a la altura del mejor cine español. Teniéndolo todo, le falta ese pellizco a la emoción. La serie se contiene en exceso para no rozar el sentimentalismo. Pese a crear personajes inolvidables, sus sinsabores no logran traspasar más allá del relato, sus vivencias son más un hilo conductor para abordar una de las etapas más negras de la historia de España.
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