La revolución que necesita ‘OT 2017’ para ser un éxito

Vuelve ‘Operación Triunfo’. Después de haber vivido el reencuentro de los concursantes de su primera edición, Televisión Española y Gestmusic han decidido desempolvar el formato. ¿Pero qué podemos esperar de este regreso?

En 2001, Gestmusic supo captar muy bien el espíritu de los tiempos. La telerrealidad sería un punto a parte en la historia de la televisión mundial, y Toni Cruz y Joan Ramón Mainat se dieron cuenta que transformaría la narrativa televisiva. ¿Por qué no mezclar, entonces, un concurso musical de gran formato con un reality de convivencia?

Nunca se había visto nada así y, por suerte o por desgracia, nadie sabía qué podría salir de ahí. Y mucho menos los aspirantes que se presentaron a los cástings. Mucho diamante en bruto, que nunca hubiera soñado en entrar en ‘Operación Triunfo’, se vio, de la noche en la mañana, cantando en el descomunal plató construido en Media Park.

Los finalistas que han llegado a ‘Operación Triunfo’ 2017 son cantantes profesionales, o ex concursantes de otros talent shows televisivos. Ya saben a lo que van y será difícil avasallaros, a nivel emocional. Quizás, por esta razón, la media de edad es de 25 años.

Una generación que ha nacido digitalizada y que no tienen nada que ver con los jóvenes de hace 16 años. Genera sus propios contenidos, a través de Youtube o Instagram Stories, y está al loro de los formatos televisivos extranjeros. ¿Y qué mejor manera, para captar la atención de la generación Z, que invitar a formar parte del claustro de profesores a los Javis, creadores de La llamada?

Gestmusic ha decidido no tocar la mecánica ni el espíritu del formato. Tendremos profesores en la academia, canal 24 horas, jurado, expulsiones y pasarela. La única novedad substancial, ha sido emitir los cástings a través de las redes y en la web oficial. No en vano, Belena Gaynor (una youtuber) es uno de los fichajes estrella en la redacción del formato.

¿Pero será suficiente? Quizás Operación triunfo se merece algo más que un lavado de cara.  Una reformulación valiente de su estructura, que la vuelva tan revolucionaría, como lo fue en 2001. Todas estas preguntas, y muchas más, tendrán respuesta el lunes por la noche.