¡Qué poca clase!

Perplejo me quedé cuando vi
Cazamariposas. Nunca había asistido durante más de cinco minutos ante tal espectáculo,
única y exclusivamente, porque carece de interés para mí. Ya no solamente por
la temática, que también, sino por ese tufillo a programa de televisión local. Parece
hecho a última hora y con escasos recursos.
Sus conductores, Nando y Nuria,
Nuria y Nando intentan dar algo de calidad a ese Cuore televisivo pero ni tan
siquiera ellos mismos son capaces de estar a la altura que se le pide a un
programa de una cadena que es líder en audiencia. A ambos les falta naturalidad. Peor es
cuando invitan a personajes de la farándula que no dominan el medio y la
presentación no hace lagunas, hace océanos innavegables.
Pero mi mayor preocupación no es
la falta de tablas de los presentadores. Lo que me produce repulsión es esa
intención de ser malotes
que se ha propuesto el programa. Ojo, Nando y Nuria
también quieren contribuir a ello pero sus rostros angelicales no lo hacen
creíble. Me refiero más concretamente a esa Asamblea Fashion. La reposición que
vi era una en la que analizaban los modelitos de la high-class que pasaba por
un photocall. Por la alfombra aparecieron Raphael y señora, Natalia Figueroa. La chupipandi de la
moda arremetió contra la pareja sin piedad
. La falta de respeto con la que se
trató al matrimonio llegando a llamar “momia” al cantante me pareció soez,
grosero y de tener poca clase, ellos que se la dan de tenerla. La Asamblea
Fashion se ha convertido ha sido, desde el primer momento, una corrala
de marujas, faltones y de escasa educación
. En el ataque está la polémica, y
con la polémica nos subirá el share, pensarán ellos. De nuevo, el todo vale. Al
final de lo que menos hablan es de moda. Háblenme de tendencias, criticar por
criticar está muy bien para una tertulia de amigas bizcocheras
pero en una
televisión y una cadena como Telecinco debería exigirse algo más de criterio y
educación.
Antes de dedicarse a la crítica
impune hagan autocrítica
, vean el nivel de su espacio, consideren si la ropa
que llevan tiene la suficiente clase para hablar de la del resto. La elegancia
no es vestir bien, es saber en qué momento hay que vestir una u otra cosa, y
ustedes se visten a destiempo. 
Si algo se les puede reconocer, al menos, es haber sido capaz de levantar una franja horaria muerta. La celeridad de sus contenidos provoca a su espectador que no caiga en el aburrimiento. Les falta dotar al espacio de mayor rotundidad, creerse lo que están haciendo. Otro Cazamariposas es posible… imagínense que se tornara en una ventana a lo alternativo, un espacio para la cultura, la música, el arte y la creación. Dejen de sentirse el espacio pequeño de la cadena al que le han dado la oportunidad de estar ahí. Créanselo, doten sus contenidos de mayor rigurosidad, que no tiene porqué suponer restarle frescura, abandonen la crítica por la crítica, y el espacio cogerá nivel solo.

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