'Alma' ya se ha estrenado en Netflix, y aunque este nuevo thriller adictivo y oscuro con tintes sobrenaturales se pierde un poco en la mitad del camino, consigue mantener el equilibrio
Quizá 'Alma' sea una de las series más esperadas de Netflix. No solo por ser un un proyecto rodado y creado en nuestro país, que también. Sino porque es una historia que lleva años fraguándose, que lleva mucho tiempo posponiéndose, y todos estábamos ansiosos por ver el resultado. Claro. Ahora la pregunta es: ¿la espera ha merecido la pena? Pues no os adelantéis que primero tenemos que saber de qué va la serie de 'Alma' y quién está detrás de ella.
Su creador es un conocido de nuestro cine. Uno de los guionistas más interesantes de los últimos años. Quizá por su nombre, Sergio G. Sánchez, no lo conozcáis. Pero si os digo 'El orfanato' ya os va sonando. Pero no es esa la única película que os va a sonar de su filmografía: 'Fin', 'Lo Imposible', 'Palmeras en la nieve', 'El Secreto de Marrowbone'. Grandes éxitos de taquilla que llevan su firma. Y en 'Alma' no solo está detrás de la historia, sino también tras las cámaras, junto al imparable Kike Maíllo, también un conocido de nuestro cine. Pero, ¿de qué va 'Alma'?
Tras sobrevivir a un accidente de autobús en el que mueren casi todos sus compañeros, Alma se despierta en un hospital sin recordar nada del incidente… ni de su pasado. Su casa está repleta de recuerdos que no son suyos y tanto la amnesia como el trauma hacen que experimente terrores nocturnos y sufra unas visiones que no consigue desentrañar. Con la ayuda de sus padres y amigos, desconocidos para ella, intentará descubrir el misterio que rodea al accidente a la vez que lucha por recuperar su vida y su identidad.
Así, el primer episodio nos presenta, quizá demasiado por encima, la dinámica de los personajes, convirtiéndolos a muchos de ellos en clichés andantes. Pero la historia hace que te intereses por cada uno de ellos, en un primer acto pausado pero muy bien hilado. Aunque el plato fuerte llega con el punto de giro que supone el accidente de autobús. De hecho, está increíblemente rodado. Tanto que parece una gran superproducción de cine, con un detallismo brutal que por momentos recuerda a las mejores muertes de la saga 'Destino Final'.
Tras ese punto de inflexión que supone el accidente, nos encontramos con Alma sin memoria, y tratando de reordenar las piezas del puzzle que formaban su vida. Y comienzan los detalles sobrenaturales. Todo el lore creado por Sergio G. Sánchez bebe mucho de la tradición celta y el bestiario del norte de España, creando un 'villano' que da auténtico pavor. La manera que tiene el abuelo de uno de los personajes de contar la historia es apabullante. Con esa base, la serie de 'Alma' crea un mundo propio, y consigue que quieras saber más sobre él.
El reparto, además, está repleto de las que están llamadas a ser las próximas estrellas del cine español. Nos encontramos a Milena Smit, aunque está bastante desaprovechada. Pero también a los siempre geniales Alex Villazán y Pol Monen, que tienen dos de los personajes más interesantes. Mireia Oriol, Claudia Roset o la estrella de 'Patria' Elena Irureta cumplen con creces su papel en la serie.
Pero hay un problema que lastra a todos ellos… y son los diálogos. Quizá Sergio G. Sánchez se ha centrado más esta vez en crear un lore espectacular y dirigir con buena mano (hay escenas maravillosas, todo hay que decirlo), y ha dejado más de lado los diálogos. Puede que en manos de unos actores más experimentados, se hubieran podido salvar. Pero hay momentos en que se busca la profundidad sí o sí, y los personajes acaban diciendo frases totalmente irreales y más propias de la prosa de un libro o de una imagen de Instagram, que de una conversación entre jóvenes.
Y eso es lo que lastra buena parte de la serie de 'Alma', aunque gracias a ciertos momentos de terror, se salva con creces. 'Alma' no es 'Feria, la luz más oscura'. Pero podría haberlo sido en otras manos y con otro reparto. Por suerte, la historia avanza firme hasta un final que, seguro, llevará a una más que necesaria segunda temporada.
Mención aparte merece el CGI de ciertas escenas (las apariciones fantasmales están muy bien solucionadas), y varios giros que empujan la historia hacia delante. Juega a su favor que los episodios sean de cerca de 40 minutos de duración, y que la tensión vaya en aumento. Poco a poco iremos descubriendo todos los secretos que guardan las relaciones entre los personajes y que el accidente de autobús… bueno, quizá no fue tan accidental como puede parecernos en un principio.
En definitiva, ‘Alma’ es un buen thriller, que engancha, que invita a seguir viendo. Solo hace falta pulir unos pocos detalles, y la serie podría brillar mucho más en su segunda temporada. Porque tiene escenas claustrofóbicas, y Sergio G. Sánchez sabe construir muy bien la tensión necesaria.
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