La nueva serie protagonizada por Gong Yoo ya está en Netflix y es un interesante sci-fi con tintes de 'Alien'. Cuidado que hay spoilers
"Una científica se une a una misión para recuperar unas muestras de una estación lunar, escenario de un accidente que acabó con todos, incluida su hermana". Esa es la sinopsis oficial de 'Un mar de la tranquilidad', la nueva serie coreana que llega a Netflix. Basada en un cortometraje de 2014 de Choi Hang-yong, que se erige como director de todos los episodios, esta nueva serie protagonizada por Gong Yoo (un ídolo en Corea) tiene un arranque prometedor y deja claro algo: no han reparado en gastos para llevarla a cabo.
Y es precisamente su aspecto técnico lo que más llama la atención de 'Mar de la tranquilidad'. Situada en un futuro cercano, el agua del planeta ha empezado a escasear debido a una enorme sequía que ya dura años. Así, los ciudadanos del mundo tienen tarjetas con las que poder acceder al agua en determinadas máquinas expendedoras. Eso sí, como siempre, cuando mejor estás situado en la sociedad actual, más posibilidades tienes de optar a más agua, ya que hay niveles. Puedes tener una tarjeta normal, una oro, una platino... Y eso es lo que le ofrecen a la protagonista, la doctora Song Ji-an, para que acepte la misión.
Un comienzo interesante
La ficción surcoreana tiene un punto de partida muy interesante y va presentando a los personajes poco a poco para que podamos ir entendiendo sus motivaciones. Pero quizá falla en presentarnos demasiados, y al final solo acabamos quedándonos con 3 o 4 de ellos, ya que los demás acaban siendo demasiado planos. Pese a todo, es interesante ese primer capítulo en el que viajamos a la Luna y seguimos al grupo que pretende investigar qué ha pasado con el equipo que había en la base lunar.
El viaje hacia el espacio, el aterrizaje forzoso y la lucha por entrar en la base crean un ambiente claustrofóbico que es solo el principio. De hecho, 'Mar de la tranquilidad' apuesta continuamente por esa claustrofobia, recordándonos a la saga de 'Alien', sobre todo a la primera. ¡Y no será el único momento!
Un desarrollo titubeante
Pese al comienzo prometedor y cómo va plantando las semillas a lo largo de los 3 primeros capítulos, la serie comienza a desinflarse desde la mitad de los episodios. Poco a poco vamos descubriendo los secretos de la base lunar donde están nuestros protagonistas y los experimentos que se han hecho allí para poder paliar los problemas de la sequía mundial que asoló el planeta. Pero una serie de decisiones de los personajes bastante cuestionables, unos giros algo sorprendentes y la aparición de un personaje nuevo (una niña con superpoderes, no es broma), acaban lastrando la serie.
Gong Yoo es un actor muy competente, y su sola presencia roba el protagonismo a cualquiera que comparta plano con él. Ya le vimos en un papel muy breve en 'El juego del calamar', pero en Corea ha realizado muchos más k-dramas, por lo que su fichaje por esta serie tenía un objetivo claro: convertir la serie en un éxito. Pero por ahora la serie aún no ha conseguido alcanzar los datos de 'El juego del calamar'.
Una trama con potencial y momentos muy conseguidos
Aún así, la serie tiene un ritmo intenso y, una vez empiezas, no eres capaz de dejarla. Pese a un pequeño bajón, la serie no te deja respirar según vamos descubriendo los tejemanejes de una organización que quiere comercializar, como siempre, un producto peligroso para la vida humana. Gracias a ese virus encontrado en la superficie lunar, donde se descubre que hay agua escondida, podría multiplicarse el agua fácilmente en la Tierra. Pero el problema es que actúa como un virus y ahoga a cualquier ser humano que se acerque a ese agua.
La serie está plagada de referencias a otros productos de ciencia-ficción, como la mencionada 'Alien'. No solo por el escenario y el ambiente claustrofóbico, sino por la aparición de la niña, que nos recuerda a Newt en 'Aliens'. Además, hay ciertas similitudes con un capítulo de 'Doctor Who' y la propia historia de 'Mar de la tranquilidad'. Así, la serie que consta de 8 capítulos funciona a medio gas, pero deja el final abierto a una posible segunda temporada.
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