El cocinero Alberto Chicote se ha mostrado totalmente reacio en una entrevista en 'Antena 3 Noticias 1' por las medidas de desescalada.
Los planes de desescalada aprobados por el Gobierno central no han dejado contento a todo el mundo. Uno de los que se han mostrado en desacuerdo ha sido Alberto Chicote, que ha sido muy contundente a la hora de valorar estas medidas, que ha analizado en una entrevista en 'Antena 3 Noticias 1'.
Según opina el presentador de 'Pesadilla en la cocina', los planes del Gobierno en lo que respecta al sector de la restauración son "completamente inviables". Chicote ha ido más lejos y lo ha calificado de "suicidio empresarial".
Todo ello cuando se ha conocido que desde el próximo lunes los restaurantes podrán abrir para preparar comida a entregar a domicilio. A partir del 11 de mayo, todos los restaurantes y bares podrán abrir sus terrazas pero únicamente con un aforo del 30%.
Chicote ha explicado su opinión acerca de esta medida, refiriéndose a su situación en concreto. "Cuando se acabe este estado de alarma, los restaurantes que tenemos a nuestro personal en un ERTE, tendremos que acoger al 100%, pero trabajando con un permiso de un máximo de un 30%", ha apuntado.
El cocinero ha puesto el caso de un restaurante que facture 100.000 euros al mes y cuyo gasto de personal sea entre un 30 y un 35%. Es decir, en torno a unos 35.000 euros. "Dentro de poco, en vez de facturar 100.000 euros, serán 30.000 euros", ha asegurado el chef, que ha sentenciado: "Abrir la persiana es hacerlo para perder dinero".
Para ejemplificarlo, el cocinero ha hablado de un restaurante que estuviese facturando 100.000 euros al mes y cuyo gasto en personal era de entre un 30 y un 35%, unos 35.000 euros. “Dentro de poco, en vez de facturar 100.000 euros, serán 30.000 euros”, ha destacado el chef, También ha asegurado que “abrir la persiana es hacerlo para perder dinero”.
La vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha hecho alusión al caso concreto de la hostelería. Recordando que el plan de transición a la "nueva normalidad" no es obligatorio ni se "impone nada a nadie". "Es orientativo, el que no se sienta cómodo, que no abra", ha aventurado.
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