La última baza de Carlos Lozano tras su reaparición este sábado en el 'Deluxe'.
Todos aquellos fieles seguidores del entretenimiento de Telecinco no tenían ninguna duda que el repentino adiós de Carlos Lozano sería un simple hasta luego. Desde su entrada como concursante de ‘GH VIP 4’, su currículum laboral ha estado eclipsado en un noventa por ciento por su vida personal, y sólo el diez restante por su perfil profesional. Los espectadores hemos sido testigos del considerable declive profesional del que fuera un presentador de los de primera división. Él sólo ha sido el responsable de tocar fondo a causa de sus actitudes, declaraciones y su mala gestión emocional.
Si miramos al pasado recordamos a un Carlos pletórico, presentando formatos de éxito en cadenas de renombre. Los de los noventa tenemos un ligero recuerdo de verlo conduciendo el mítico ‘Precio Justo’ y años después la primera y exitosa edición de ‘Operación Triunfo’. En los medios de comunicación, concretamente en televisión, es muy difícil mantenerse. La exigencia es dura, los formatos tienen fecha de caducidad o no siempre se goza del favor de los de arriba. El teléfono de Carlos dejó de sonar, aspecto que causó su emigración laboral hacia Perú. Allí tuvo momentos gloriosos, aunque también de declive, situaciones que propiciaron su adiós sudamericano para volverse a su país natal.
La vuelta por la puerta grande a la televisión de nuestro país la consiguió gracias a Telecinco y Zeppelin. Tanto la cadena como la productora vieron oportuno su fichaje por el reality de celebrities por excelencia de la cadena. Entró a participar en GH VIP 4 como una vieja gloria; alguien que en su día despuntó pero que entonces necesitaba un gran trampolín mediático para resurgir. No cabe duda alguna que la oportunidad la aprovechó al máximo, hizo muy bien su trabajo dentro de la casa. Cumplió con las expectativas de aquellos que confiaron en su elección. Logró ser finalista, aunque tuvo que conformarse con la medalla de plata, sólo por detrás de Laura Matamoros, la absoluta triunfadora de la edición. A raíz de su momento álgido de popularidad desde Mediaset se le brindó la oportunidad de coger el testigo de Luján Argüelles en Granjero Busca Esposa de Cuatro. Además, La Fábrica de la Tele, productora de Sálvame le encargó la presentación del mini reality invernal de la Snow Week. Éstos intentos de retomar la labor de presentador de Carlos fueron sólo eso, intentos fallidos.
En los últimos meses la imagen personal y profesional de Carlos ha perdido mucho. Si está asesorado, debería cambiar de directrices y si por lo contrario actúa por libre debería plantearse muy seriamente corregir sus intervenciones. Se ha convertido en alguien protagonista de entrevistas y colaboraciones televisivas de lo más desagradables, sucias y desacertadas. Ataques, faltas de respeto y humillaciones a diestro y siniestro resumen sus últimos momentos mediáticos. Un vocabulario y expresión oral de lo más altiva, chulesca, prepotente y engreída es su carta de presentación actual. Parece ser que lleva muy mal compartir roles de trabajo con compañeros que según él no merecen estar junto a su persona.
El verse obligado a aceptar que su ex pareja, Míriam Saavedra, está eclipsando el concurso que protagoniza y que su punto de vista ha quedado en un quinto plano es muy frustrante para él. La envidia, celos y rabia le corroen, hacen que sea el protagonista de participaciones tan desagradables como su última presencia en el debate de los domingos sobre GH VIP. Imagínate lo fuera de lugar que estuvo que no ha vuelto a pisar un plató en semanas. Vimos a un Carlos fuera de sus casillas enfrentándose a la mayoría de sus compañeros con argumentos de lo más bajos, incoherentes e inaceptables. Eso sí, como era previsible y todos sabíamos la ‘espantá’ sería temporal y ha llegado el momento de romperla previo pago.
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